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martes 18 de mayo de 2021
¿Y los barcos? Perspectivas de la electrificación según Transport & Environment
La aviación y el sector marítimo son los más atrasados en la implementación de las tecnologías cero emisiones por los volúmenes que movilizan y la inversión requerida en los desarrollos.
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A nivel global, existe la Organización Marítima Internacional con objetivos muy genéricos y aspiracionales y en Europa se trabaja en una legislación para establecer metas de descarbonización en el sector aéreo y marítimo.

¿Cuál es el segmento más avanzado entre marítimo y aéreo? Ninguno, responde Carlos Calvo Ambel, Senior Director Non Road and Analysis en Transport & Environment (T&E), a Portal Movilidad.

Y justifica: “Te puedo contar con los dedos de la mano los barcos propulsados por tecnologías limpias y un solo vuelo en el cual, por un par de millas, se utilizó hidrógeno. Hay muchísimo trabajo por hacer”.

Carlos Calvo Ambel, Senior Director Non Road and Analysis en T&E

En esa línea indica que el sector marítimo “es relativamente más sencillo dado que no tiene limitación de espacio ni peso que sí tiene los aviones o cualquier otro vehículo, además no es tan compleja la certificación de nuevas tecnologías”.

Hay tres opciones para la descarbonización:

“Un coche eléctrico en versión barco” utilizado para viajes cortos. Ya existen ferris pequeños en Noruega y Dinamarca impulsados por baterías de litio que en el futuro podrán ser aplicadas las de estado sólido u otra solución.

Sin embargo, el experto sostiene que para conectar grandes distancias esta tecnología no es viable debido a la densidad de las baterías y solo se movería ese litio.

El caso más conocido es el Ellen que cuenta con una capacidad para transportar 30 coches y 200 pasajeros y recorre 22 millas náuticas, equivalentes a 40 kilómetros aproximadamente.

La segunda solución tecnológica es la utilización de motores a hidrógeno verde que funcionaría de la misma manera que un automóvil donde la celda de combustible convierte al hidrógeno en electricidad.

Finalmente, la tecnología que “se evidencia como la más prometedora” es el uso de amoníaco.

“Es NH3, nitrógeno e hidrógeno. Es lo mismo que se utiliza para producir fertilizantes, pero la diferencia es la forma de generación. Hoy en día es a base de gas natural, por lo que no es sostenible”, explica Calvo Ambel.

Grandes multinacionales ya tienen proyectos en curso a fin de incrementar la producción de amoníaco producido con energías renovables aunque por el momento están destinado a obtener fertilizantes sostenibles.

Al respecto, desarrolla: “Se instala un campo fotovoltaico, se produce el hidrógeno verde que luego se utilizará para la generación del amoníaco. El proceso sería exactamente el mismo”.

“El sector marítimo tiene un gran potencial que no se está aprovechando. Por ejemplo, en la crisis del 2006 se redujeron las emisiones porque al no haber tanta demanda los barcos iban más lento y queman menos combustibles. Se pueden establecer directrices para bajar la velocidad, se llama slow steaming” agrega.

Asimismo, refiere que esto debe ir en paralelo a la descarbonización en otros segmentos: “No tiene mucho sentido que se desarrollen nuevos energéticos para barcos o aviones si la electricidad que se utilizan en las casas diariamente es generada con combustibles fósiles. Debe pensarse en un plan general de limpieza de las matrices energéticas”.

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