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jueves 01 de septiembre de 2022
Unión Europea retoma las negociaciones sobre aspectos pendientes en electromovilidad
Con el inicio de septiembre las actividades vuelven a tomar su ritmo habitual y Bruselas se prepara para las normativas del paquete de medidas “Fit for 55” que aún quedan por resolver.
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A finales de junio de este 2022, Bruselas redoblaba su apuesta por la transición al coche eléctrico, fijando una serie de objetivos para el fin del motor a combustión.

El Consejo de la Unión Europea acordó elevar las metas de reducción de las emisiones de CO2 de automóviles y furgonetas nuevas en un 55% al 2030 y un 100% para 2035.

Según informó la ministra para la Transición Energética de Francia, Agnès Pannier-Runacher, en nombre de la presidencia rotatoria del recinto, existirá la “posibilidad de matricular vehículos contaminantes si, y solo si, sus emisiones son nulas”.

En cuanto a los plazos intermedios, en 2026 se evaluarán las decisiones tomadas para alcanzar los puntos fijados en esta jornada. 

Esto se realizará teniendo en cuenta los avances tecnológicos, incluso en lo que respecta a las tecnologías híbridas enchufables

De esta manera, los parlamentarios, por una mayoría aplastante, no se cerraron a una sola opción. Pero, sí responsabilizan a las empresas del sector de automoción en demostrar que dichas soluciones son cero emisiones.

En lo que respecta a ayudas, también se han establecido medidas claras, debido a que el mecanismo de incentivos regulatorios para vehículos de cero y bajas emisiones (ZLEV) verá su final a partir de 2030.

Pero, por más que han dado pasos importantes en aquella extensa jornada de 16 horas de debate, aun resta el paso por el Parlamento.

Se espera que a lo largo de estos últimos meses del año puedan darse las negociaciones sobre los textos legales que terminarán dando vida al fin del motor a combustión en toda la Unión Europea.

La realidad que se avecina trae consigo el riesgo de que se abra una vía de escape para los electrocombustibles, pero siempre manteniendo el objetivo de la electrificación completa de los vehículos.

Infraestructura de recarga

Otro de los temas que estuvo en agenda durante el período previo al verano, fue el despliegue de la dotación mínima de puntos de recarga para alimentar a los segmentos electrificados.

En el marco del nuevo reglamento sobre la infraestructura para los combustibles alternativos, que forma parte del paquete de medidas “Fit for 55”, se ha llegado a una postura parcial.

El Consejo ha adoptado una orientación general sobre el proyecto, por lo cual ahora es el turno de las negociaciones en el Parlamento o, los bien conocidos, diálogos tripartitos.

Entre el lunes 11 y martes 12 de julio la Comisión de Transportes y Turismo tenía previsto abordar estos debates, pero por cuestiones de agenda no se pudo avanzar.

Por lo tanto, se espera que en septiembre se dé una resolución por parte de los estados parte de a Unión Europea.

Mientras tanto, ya se ​​conocen tres puntos claves de esta nueva normativa:

  • Se buscará garantizar una red suficiente de infraestructuras de acceso público para la recarga o el repostaje de vehículos de carretera y buques con combustibles alternativos.
  • Se brindarán alternativas a la utilización de los motores de los buques cuando están atracados, así como de las aeronaves estacionadas.
  • Y, por último, se fijarán esfuerzos para establecer una plena interoperabilidad para que estos puntos sean fáciles de utilizar.

Transporte pesado

Finalmente, el tercer eje que ha quedado pendiente en torno al plano de la electromovilidad, es el relacionado con el transporte pesado.

Reconociendo las dificultades que presentan los camiones para electrificarse, pero también teniendo en cuenta los considerables avances tecnológicos que se están dando en el sector, el parlamento europeo alista los detalles para emitir una nueva normativa que se podría trabajar este otoño.

Según han declarado fuentes ligadas al trabajo parlamentario europeo a Portal Movilidad España, la Comisión está allanando el camino con el debate para el fin de las ventas de motores a combustión, para luego abordar uno más complejo: el fin de los camiones a combustión.

Este se trata de uno de los pasos más desafiantes, no solo porque el transporte por carretera es considerado uno de los sectores con mayores emisiones, sino por las necesidades tecnológicas con las que cuenta para renovarse.

Pese a esto, diversos estudios ya han dejado en claro que la competitividad de los vehículos propulsados por carburantes y los eléctricos o a hidrógeno verde, ya comienzan a ser una realidad.

Es así que ya se prevé que los camiones eléctricos de batería alcanzarán la paridad de coste con los vehículos con motor de combustión interna en 2025.

No solo ello, sino que cómo se plantea en el informe “Transporte de mercancías por carretera sin emisiones de carbono”, que se espera que para esa fecha los eléctricos de batería con pantógrafo sean más baratos que los vehículos propulsados por carburantes. 

La propulsión por pila de hidrógeno será competitiva en cuanto a costes respecto a los de combustión en 2030, a medida que los precios de producción de este combustible disminuya.

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