Este miércoles Ford ha reprogramado sus inversiones en Valencia y ha decidido renunciar a las subvenciones públicas emitidas en el marco del PERTE VEC.

En cuanto la noticia comenzó a correr, la Federación de Industria, Construcción y Agro de la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT FICA) se centró en las promesas alcanzadas lanzando un mensaje claro.

“En el caso de Ford los fondos en cuestión no eran imprescindibles. Aquí lo que realmente vale es el acuerdo que se ha conseguido entre el sindicato y la empresa”, remarca Jordi Carmona, Responsable del Sector Automovilístico del sindicato, en diálogo con Portal Movilidad España.

Según detalla, el futuro de la planta Almussafes “no se encuentra en riesgo”, debido a que no se trata de un cambio en la planificación de la compañía, sino que de modificación en los plazos estipulados.

Por lo tanto, la apuesta de la electrificación de la planta sigue adelante.

Con las ayudas en cuestión, la multinacional iba a financiar el lanzamiento de un proyecto estratégico para la fabricación del vehículo del futuro, eléctrico y conectado, con el foco puesto en la factoría local como nodo industrial.

En junio se comunicó la decisión, luego de que se dieran largas negociaciones entre el Ministerio de Industrias, Comercio y Turismo, de la mano del Gobierno central, para que se concrete la participación.

Finalmente, se contó con la presentación de una iniciativa que incluiría un aporte de 106,3 millones, 68,5 en inyección de capital y 37,8 millones en préstamos.

Hoy por hoy el desistimiento de los fondos abre una ventana de incertidumbre, que si bien desde la compañía se confirmó que no hay cambios, el sector se encuentra con algunas dudas.

Asimismo, la Generalitat valenciana insiste en que se trata solamente de una cuestión de tiempos y que Ford no ha modificado sus planes a largo plazo en Almussafes.

El PERTE no es la única solución

Nuevamente, se ha llama la atención frente a la importancia de generar nuevas alternativas que acompañen la transición de la automoción a la electromovilidad.

Es así que Jordi Carmona renueva la petición del gremio para que el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo convoque la mesa de para el sector del automovilismo que había sido creada en 2019

Por aquel entonces se lanzó un espacio dedicado a todos los actores, parte de este cambio de modelo.

Tanto las patronales del sector, los sindicatos y sus comisiones, los fabricantes integrantes de toda la cadena de valor y por supuesto, la administración fueron parte.

La mesa fue creada bajo el concepto de un foro de debate, donde se analicen las tendencias futuras y se coordinen medidas a medio y largo plazo que favorezcan un nuevo modelo de movilidad compatible con el compromiso español con la transformación digital y la transición ecológica.

La misma perdió entidad, pero el recorte de plazos que se ha realizado llaman a que se le dé vida nuevamente.

Recientemente, el Consejo de Medio Ambiente de la Unión Europea redoblo su apuesta y acelero cinco años el proceso de reducción de emisiones, fijando metas intermedias a 2030 y el tiempo final para los motores a combustión a 2035.

Al respecto, el representante de UGT FICA asegura que desde su lugar no están en contra de estas medidas, pero si se colocan desde un lugar crítico.

“Entendemos que antes de tomar cualquier decisión política hay que realizar una valoración de la repercusión que puede tener en el empleo, cosa que no se ha hecho”, comentaba hace unas semanas el vocero a este medio.

Y agregaba: “Se están adoptando decisiones políticas, a nivel europeo y España, sin tomar las medidas necesarias para paliar el máximo las consecuencias que puede traer la apuesta por el coche eléctrico”, alerta en este sentido Carmona.

Desde el gremio han abogado por la sostenibilidad, pero desde una apuesta “justa y ordenada”, y que a su vez no se centre solo en una alternativa.