El consorcio formado por 30 entidades europeas puso en marcha el proyecto FLOW en julio, con el que se pretende promover un concepto de movilidad eléctrica adaptado al usuario final, al tiempo que aportar beneficios al sistema energético de toda Europa.

La iniciativa probará, validará y potenciará el llamado “Vehicle-to-X”, en el que se intercambiará energía entre los vehículos, los edificios y la red.

Actualmente se encuentra en períodos de pruebas y pilotos en tres ciudades: Roma, Menorca, Copenhagen. En cada una se utilizan criterios diferentes dado a su conformación.

“Los tres casos de estudio tienen características y peculiaridades justamente para marcar diferentes tipos de usuarios y diferentes tipos de redes de sistema eléctrico de mercado”, explican desde R2M Solution, empresa parte del consorcio.

De estos tres casos, en España, resalta la prueba que se lleva a cabo en Menorca, con un tono más de carga “turística”. 

La que se lleva a cabo en Roma es estrictamente residencial, entre edificios y hogares particulares.

Finalmente en Copenhagen se instalará el proyecto en un aparcamiento cercano a una universidad para tener los datos de los coches privados y también de algunas furgonetas pequeñas. 

Pero, las pruebas no solo concluyen allí sino que habrá dos demos que se ejecutarán en Dublín y Praga.

“Allí se evaluarán coches privados bastante típicos y, también, hay una porción interesante de furgonetas”, explican desde la empresa de ingeniería. 

FLOW es un proyecto de 4 años enmarcado en el 2Zero partnership (‘Towards zero emission road transport’). Está financiado por el programa marco Horizonte Europa, con un presupuesto total de unos 10 millones de euros.

El consorcio reúne a destacados actores europeos que trabajan con la movilidad eléctrica desde un enfoque de colaboración multisectorial. En el equipo participan varias empresas comprometidas con la transición de la movilidad.

Las actividades del consorcio comenzaron en julio de este año con las pruebas pilotos que tienen previsto terminar para enero de 2023. 

Allí es donde comenzará la etapa de caracterización de los componentes en los laboratorios. Endesa junto a universidades van a encargarse de la investigación en laboratorio.

Luego se caracterizan los pilotos, es donde empiezan los demos de Praga y Dublín, sobre todo para un desarrollo de software.

En agosto de 2024 se prevé tener los resultados de laboratorio y es en enero de 2025 cuando se inicie el período de validación y evaluar el impacto de cada acción llevada a cabo durante el proyecto que estima finalizar en 2026.

“El objetivo final de este proyecto será, en primer lugar, facilitarle la vida al usuario y, también, generar un modelo de estación de recarga de vehículo eléctrico que se pueda implementar en todo Europa”, afirman desde R2M.