La Nacional Financiera (NAFIN) anunció que se encuentra trabajando en varios proyectos de financiamiento verde relacionado al transporte a través de programas de créditos y garantías. Entre estos, destaca la adquisición de buses eléctricos para el Metrobús y taxis eléctricos en Ciudad de México, así como la renovación de vehículos de carga por unidades cero emisiones. 

“Hemos financiado proyectos de transporte de gran impacto como es el caso del Metrobús, sobre el que estamos analizando la compra de algunas unidades que van a ser eléctricas”, señala en primer lugar Alberto Ixbalanque Estrada, subdirector de Productos Electrónicos y Financiamiento en NAFIN. 

Y agrega: “También lo hemos hecho con proyectos en los que las plantas de las distintas armadoras requieren recursos para ampliar y adecuar sus líneas de producción para generar nuevos vehículos con las tecnologías que marca la norma”. 

Este tipo de proyecto se enmarca en la denominada modalidad de “primer piso” del programa de crédito de NAFIN, uno de los ejes de acción de la institución.

A su vez, también está la modalidad de “segundo piso”, donde se otorgan líneas de financiamiento a los distintos intermediarios financieros para que estos lo lleven al sector empresarial. 

“Tenemos al menos ocho intermediarios financieros de las principales marcas armadoras de vehículos y tan solo en estas concentramos un saldo que hoy ronda los 21 mil millones de pesos con el fin de comprar vehículos”, indica. 

Un segundo eje es el del programa de garantías, el cual tiene tres líneas de acción: los esquemas sectoriales, las garantías selectivas y el financiamiento empresarial. 

En el primero, hay programas específicos que fomentan la adquisición de flotas verdes para los transportistas, gracias a la garantía extendida con la que operan, la cual permite cubrir a los intermediarios financieros un porcentaje muy alto del riesgo que están asumiendo en cada crédito que corren. 

“Dentro de este tenemos una línea específica que está dirigida a la renovación del transporte. Aquí trabajamos de la mano con Gobiernos estatales, para renovar el transporte urbano, y con el Gobierno federal, para modernizar el parque vehicular, sobre todo de carga, pasajeros y turistas”, comenta Ixbalanque Estrada. 

Y añade: “Hemos realizado programas de financiamiento con Gobiernos estatales. Se han desplazado diferentes tipos de vehículos, como los taxis híbridos en Ciudad de México. Ahora estamos trabajando en un proyecto que consiste en tratar de dar el siguiente paso y hacer lo mismo con taxis eléctricos”.

Por otro lado, desde NAFIN, se ven involucrados en una problemática muy común en México como lo es la antigüedad de los vehículos de los llamados hombre-camión. Cabe destacar que el parque vehicular del autotransporte federal tiene un promedio de 19 años, lo que genera accidentes, menor rendimiento, elevados costos de operación y mantenimiento y mayor contaminación ambiental. 

Es por esto que, junto a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, diseñaron un esquema que permite al pequeño transportista sustituir el vehículo por uno nuevo o semi nuevo. Y de hecho, el próximo paso radicará en que estos vehículos sean cero emisiones. 

“Hemos logrado que varias financieras participen y conozcan este segmento del mercado al que sin la garantía de NAFIN difícilmente atenderían. Que den un crédito de dos o tres millones de pesos para la compra de un camión nuevo sin tener el respaldo de la Banca de Desarrollo posiblemente no suceda de forma independiente”, advierte. 

Y cierra durante el Congreso Flotas Verdes: “Lo interesante está en que este esquema se construye con el objetivo de modernizar la flota vehicular del autotransporte federal, pero también podemos rediseñarlo para la compra de vehículos verdes vinculados al servicio de carga”. 

Sobre NAFIN

Es una de las seis instituciones que conforma la Banca de Desarrollo. Principalmente sus esfuerzos están orientados a implementar la política económica industrial del Gobierno federal e impulsar la inclusión financiera en sectores y grupos que enfrentan mayores limitaciones para acceder al crédito, como podrían ser los transportistas al tratar de adquirir unidades de transporte amigables con el medio ambiente.