La Secretaría de Energía de Honduras realizó un análisis sobre los esfuerzos de movilidad sostenible en el país, en concordancia con los desarrollos del Corredor Centroamericano de Electromovilidad ya que Honduras pertenece al Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).

El documento reconoce que el país trabaja en la construcción de una estrategia para introducir la electromovilidad a partir de una nueva política pública.

Sin embargo, reclama que el Gobierno podría liderar la introducción de la movilidad sostenible como principal garante al priorizar una política integral que conduzca a la conversión de su propia flota vehicular a alternativas cero emisiones.

En esta dinámica, la iniciativa podría comenzar con una política de electromovilidad centrada en el Estado, que priorice el uso de autos eléctricos en todas las instituciones gubernamentales hondureñas.

Además, el análisis plantea que es importante trabajar en una estrategia que redireccione los subsidios que el Gobierno invierte en el sector transporte.

Es necesario que se realicen intervenciones puntuales para impulsar estos proyectos, ya que a nivel regional existe la necesidad de crear normativas que lideren el desarrollo de la movilidad sostenible como un esfuerzo regional coordinado

Por otra parte, el documento destaca que se debería crear un programa especial para la flota de vehículos eléctricos de empresas, ya que los autoproductores de energía eléctrica cuentan con excelentes condiciones para considerar la transición.

Lo cierto es que en Honduras existe una cantidad considerable de estos autoproductores dispersos por todo el país que, generalmente, dependen de fuentes renovables para la generación de energía eléctrica.

En 2021 los autoproductores equipados con tecnologías fotovoltaicas poseían una capacidad instalada de 62,64 megavatios (mW) y una generación estimada de 82.300 megavatio-hora (mW/h). Al considerar energía para electromovilidad, los productores comerciales fotovoltaicos generaron 10.611,59 mW/h con una capacidad instalada de aproximadamente 8,08 mW.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, es sumamente factible que un autoproductor fotovoltaico genere su propia energía para abastecer su flota de vehículos eléctricos.

Además, la legislación hondureña de incentivos al sector de las energías cero emisiones confiere a los productores de carácter privado y público múltiples exenciones fiscales aplicadas a los equipos y materiales necesarios para la construcción de proyectos de renovables.

Esta iniciativa estatal puso en marcha un programa especial para la reconversión de flotas de vehículos de empresas.

En síntesis, este modelo de electromovilidad es una buena práctica que podría funcionar en el contexto hondureño.