Chile y Colombia son el ejemplo de las licitaciones y flotas de buses eléctricos más grandes de la región. Por otro lado, Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina comienzan a hacer su parte con intenciones explícitas de incorporación de e-buses en algunos sistemas de transporte público, pero ¿a qué costo?

“Aún el transportista no está haciendo su tarea de hacer las cuentas y verificar que el eléctrico no necesita de un gobierno imponiendo esta tecnología, sino nada más que un crédito para invertir más y ganar más”, comenta a Portal Movilidad, Ediltron Gomes, director para Latin America de Sunwin.

El ejecutivo afirma que los clientes hoy tienen dificultades para conseguir financiamiento y que, en consecuencia, se empezó a exigir del fabricante del bus la financiación.

“Hemos visto que algunas empresas han logrado éxito con este financiamiento y los fabricantes entregaron los buses sin un centavo”, comparte y agrega: “No sé cómo se justifica esto ante la casa matriz”.

“Las empresas están pagando para entrar en el mercado y es un precio muy alto que crea una imagen interesante, pero también una comodidad de las instituciones porque aún no hay dinámica de financiamiento como debe ser y siempre hay un sacrificio del proveedor de buses”, remarca Gomes.

Para ejemplificar, hizo alusión a una de las licitaciones de Colombia, momento en el cual no había un bus con carrocería local, pero las bases del concurso otorgaban diez puntos al bus con carrocería colombiana. Entonces, se incorporó un bus de una tonelada más pesada que consume más de lo que debería, pero que era el único modelo financiado.

“Es un riesgo grande al mercado”, opina y argumenta: “Es una bomba de tiempo que a lo largo de 15 años va a crear un pasivo enorme porque alguien va a tener que pagar esta ineficiencia y este consumo anticipado”.

Otro caso que expone el referente de la subsidiaria de SAIC es el de Chile que, según menciona, en las licitaciones iniciales el contrato pedía 250 kilómetros de autonomía y las unidades tenían 240 kilómetros.

“Se van generando pasivos y esto va a jugar en contra del futuro del mercado”, sentencia.

Como consecuencia de este análisis, Ediltron Gomes plantea que la incorporación de buses eléctricos al transporte público debería ser un proyecto “normal” como se realiza con el de un bus diésel.

“Se compra el producto que sea porque es el que está financiado, pero ¿cuánto va a costar esto en el futuro?”, plantea el ejecutivo quien también responde: “Esto va a tener un costo para la sociedad y lo va a pagar el sistema”.