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lunes 18 de octubre de 2021
Según Banco Mundial la movilidad sostenible ahorraría USD 70 billones hacia 2050
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Transporte Sostenible, que se celebró del 14 al 16 de octubre, trató de aportar soluciones concretas sobre cómo planificar y diseñar los sistemas de transporte para garantizar que el camino hacia la consecución de un transporte sostenible sea a la escala y velocidad necesarias.
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Mientras que la ciencia demuestra que es necesario actuar con urgencia para mantener el límite de temperatura de 1,5 ºC al alcance de la mano para evitar mayores impactos climáticos, el mundo sigue lidiando con el COVID-19, que ha interrumpido las cadenas de suministro globales, ha revertido años de progreso en el desarrollo y ha empujado a unos 120 millones de personas de vuelta a la pobreza.

Aunque cada vez se reconoce más que el transporte sostenible puede estimular el crecimiento económico y proteger el medio ambiente -las ventas mundiales de vehículos eléctricos pasaron de 1,3 millones en 2015 a 5,1 millones en 2018-, el progreso ha sido lento y desigual.

Según el Banco Mundial, la transición a la movilidad sostenible podría suponer un ahorro de 70 billones de dólares para 2050, si se tienen en cuenta los costes totales del transporte, incluidos los vehículos, el combustible, los gastos operativos y las pérdidas por congestión.

Un mejor acceso a las carreteras podría ayudar a África a ser autosuficiente en alimentos y crear un mercado regional de alimentos por valor de 1 billón de dólares para 2030.

«Los esfuerzos para acelerar la transformación sostenible del sector del transporte son esenciales para reducir las emisiones causantes del clima y mejorar la vida y los medios de subsistencia de las personas en todo el mundo», sostiene Liu Zhenmin, Secretario General Adjunto del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU y Secretario General de la Conferencia.

«La Conferencia sobre Transporte Sostenible que se celebra en Pekín agudizará nuestra atención al transporte, un ámbito en el que los esfuerzos mundiales pueden tener un profundo impacto en las dimensiones económica, social y medioambiental del desarrollo sostenible».

Si bien el transporte es un motor fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y ofrece a las comunidades la oportunidad de acceder al empleo, a los servicios de salud y a la asistencia a las escuelas, los sistemas actuales de movilidad presentan una serie de desafíos.

El transporte es uno de los mayores contribuyentes a las emisiones de contaminación atmosférica y de carbono a nivel mundial, y también representa alrededor del 64% del consumo total de petróleo y el 27% de todo el uso de energía.

Más de 1.000 millones de personas en todo el mundo carecen todavía de un acceso adecuado a una carretera para todo tipo de clima, especialmente en los países en desarrollo, incluidos los países en situaciones especiales.

En África, 450 millones de personas, más del 70% de la población rural total, siguen sin estar conectadas a las infraestructuras y sistemas de transporte. Mientras que las lesiones por accidentes de tráfico son la principal causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Transporte Sostenible llega en un momento crucial en la preparación de la Conferencia sobre el Cambio Climático de Glasgow.

La Conferencia sobre Transporte Sostenible ofreció la oportunidad de subrayar la urgencia de revisar los sistemas de transporte para responder a la crisis climática, así como la importancia del transporte sostenible para estimular el crecimiento económico y empoderar a las poblaciones vulnerables mediante un mejor acceso a la sanidad, la educación y el empleo.

Gobiernos, empresas y expertos en el ámbito del transporte se reunieron en la Conferencia para debatir los retos y las oportunidades, así como las soluciones que existen para impulsar la transición al transporte sostenible.

Los países, las empresas y las comunidades están utilizando el poder de la tecnología y la innovación para mejorar sus sistemas de transporte y hacerlos más sostenibles. Desde el volocóptero, un taxi aéreo totalmente eléctrico en Alemania, hasta las redes de autobuses electrificados en China, pasando por el rápido crecimiento de la venta de vehículos eléctricos en Estados Unidos, se ha iniciado una revolución del transporte.

La pandemia del COVID-19 también ha impulsado a muchas ciudades a construir más carriles para bicicletas y los países del G20 han destinado más de 284.000 millones de dólares al sector de la movilidad.

Sin embargo, la transición al transporte sostenible en algunos lugares corre el riesgo de dejar atrás a muchos otros países y comunidades vulnerables. Para garantizar que el transporte sostenible beneficie a todo el mundo será necesario invertir en tecnología e innovación, especialmente en los países en desarrollo.

Los entornos políticos favorables, las medidas que promueven la infraestructura de seguridad vial y la planificación adecuada del diseño de las ciudades también serían clave para allanar el camino del transporte sostenible a nivel mundial.

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