Luego de una precipitada caída en los números de enero, el sector de las dos ruedas parece recuperarse pero no se consiguen los números de diciembre del 2022.

La caída fue del 50% y las matriculaciones descendieron de las mil unidades, número que se hizo constante durante el año pasado.

Las ventas de motocicletas eléctricas se situaron en las 549 unidades en febrero, lo que supone un 6,8% más.

Acumulan un retroceso del 30,1% en lo que lleva el año, con un total de 1.112  matriculadas.

Al poner la lupa sobre los segmentos disponibles, se puede ver cuáles funcionan mejores que otros. 

Miguel Zarzuela, especialista en la materia y EU Project Coordinator en Circe, reconoce en contacto con Portal movilidad España que las unidades diseñadas para el uso urbano son las que mejor acogida han estado teniendo.

Mientras tanto, las interurbanas todavía no terminan de despegar, ¿a que se debe esto? 

El especialista responde: “El problema que tiene este sector es que son muy eficientes las unidades desde cualquier escala comparado con las de gasolina, pero cuando nos las llevamos a velocidades elevadas la diferencia no es tan positiva”.

En este sentido detalla el hecho de que las motocicletas al ser muy poco aerodinámicas y tener una rueda frontal que gira, al avanzar rápidamente contra el viento se pierde mucha precisión, lo que hace que “afecte mucho el incremento de velocidad”.

Efectivamente este no es un problema para quienes apuestan por estos modelos para el uso en la ciudad, aunque sí en recorridos por fuera de zonas urbanas. 

“Estamos hablando de vehículos que no consumen absolutamente nada de energía pero cuando buscamos electrificar los modelos para tramos más largos nos encontramos con una demanda energética mucho mayor, lo que es un tema a resolver», recalca Zarzuela. 

La clave radica en que no se pueden colocar baterías mas grandes para responder a las necesidades de viajes que requieran mayor velocidad, por el simple hecho de que no se cuenta con espacio suficiente para transportarlas. 

Es por ello que el especialista indica que hasta que este desafío no se supere, el éxito de este tipo de segmentos seguirá ligado al uso para flotas, moto sharing o uso particular de corta distancia. 

“Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) seguirán favoreciendo la inserción y la matriculación  de las motocicletas eléctricas. Todavía quedan muchísimas pendientes por publicar y  hay una notoria ambición en toda España, lo que decantan en un impacto positivo para el sector de las dos ruedas”, asegura en este punto. 

Madrid y Barcelona son las Comunidades Autónomas que hoy lideran los datos de comercialización de las motos eléctricas y no es casual que estas sean las ubicaciones donde las restricciones están ya puestas en marcha. 

Diversas empresas y hasta el sector público ya se han lanzado a esta transición, que se irá trasladando a medida que se vayan inaugurando nuevas ZBE.  

Mientras tanto, hay un punto a tener en cuenta en esta ejecución: la normativa y las etiquetas. 

En relación con los requisitos planteados para coches, Miguel Zarzuela nota que se han presentado para los segmentos de dos ruedas normativas “más laxas”.

Las etiquetas ambientales con emisiones Euro 2 “que eso son ultra antiguas”, siguen teniendo acceso a las zonas restringidas, por lo que modificarlas permitiría que la tendencia se siga inclinando directamente por la electrificación.