Argentina | Vehículos Eléctricos
lunes 15 de febrero de 2021
Rever unidades productivas y pactos internacionales para fabricación de vehículos eléctricos, próximas decisiones en Argentina
Para el diputado Joaquín Blanco, la clave del desarrollo de la movilidad eléctrica en el país está en la suma de los esfuerzos entre los privados y las autoridades públicas, junto a una idea federal de unión y de largo plazo.
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La industria automotriz en Argentina debe repensar su modelo de negocios en la transición hacia las energías limpias y eso incluye la electromovilidad. En este marco, Joaquín Blanco, diputado provincial de Santa Fe, indica:  «Estamos acostumbrados a que una empresa reciba autopartes locales e internacionales y lance el auto».

Y agrega: «Tal vez, con la electromovilidad tengamos que pensar que, al ser autos con menos componentes, se deban crear nuevas unidades productivas que se dediquen a distintas cuestiones. Hay una ventana de oportunidades, pero se necesita planificación».

El funcionario señala, además, la necesidad de un trabajo conjunto entre el ámbito privado y el público y repensar también los pactos que el país tiene con el resto del mundo antes de continuar planeando a futuro.

«Tengamos en cuenta qué va a pasar con el acuerdo que tiene nuestra industria automotriz con Brasil en el Mercosur o qué vamos a hacer con el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea», destaca Blanco quien fue uno de los impulsores de la ley N°1378, sancionada en 2019 en Santa Fe para promover la industrialización de vehículos eléctricos y de tecnología de energías limpias en la provincia.

En ese sentido, agrega en el mano a mano realizado por la Asociación Argentina de Vehículos Eléctricos y Alternativos (AAVEA) que, si bien «es necesaria una ley de electromovilidad», al mismo tiempo, «la industria automotriz se enmarca en acuerdos regionales e internacionales».

En consecuencia, el diputado se pregunta: «Qué autos vamos a vender y en qué segmentos de la cadena de valor nos vamos a enganchar en el mundo automotriz que viene».

Desde una mirada pública, el futuro más inmediato de la e-mobility en Argentina debe corresponder al desarrollo del transporte urbano. Es ahí, según Blanco, donde los esfuerzos de las autoridades tienen que potenciarse.

«Tenemos que avanzar en la pequeña movilidad pública para ciudades intermedias y para conectar áreas interurbana», advierte el funcionario, y añade: «En la agenda a corto plazo, es necesario que el transporte urbano sea eléctrico. Eso hay que exigir que este en la agenda de los políticos».

Para esto, se deben tener en cuenta dos puntos fundamentales: el primero, el rol del político a la hora de regular la actividad; el segundo, un esquema realmente federal que vele por los intereses nacionales y no permita desencuentros entre los gobiernos provinciales.

«Los políticos y funcionarios que siembren esto no van a tener un rédito electoral porque van a ver resultados de acá a diez años», enuncia Blanco, y continúa: «Y no va a ser un rédito de un solo partido político, sino de un conjunto de dirigentes que durante mucho tiempo apostó por un cambio».

Para Blanco, en esa línea, las provincias que compiten para recibir una inversión extranjera no pueden ser funcionales al nuevo modelo. «Eso hablaría de un país que no piensa a largo plazo y que no tiene una mirada estratégica», sostiene.

«Necesitamos un organismo que tenga a todos los actores alrededor de la mesa pero que, a su vez, tenga poder de decisión. Que sea la vía de entrada de inversiones, que dé la posibilidad de créditos internacionales y que tenga poder de fuego. Es decir, que sea un organismo ejecutor», aclara el diputado.

Y resalta: «Argentina tiene la suerte de ser uno de los pocos países del mundo que conserva su tradición como fuerte industria automotriz. Lo que hay que poner en agenda es cómo hacer finalmente la transformación».

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