Antonieta Fernández, Consejera en Reby, pone en palabras las intenciones que tiene la compañía de apostar por un nuevo modo de moverse por las nuevas ciudades que se están construyendo poco a poco.

Frente a esto, plantea que este tipo de procesos tiene un punto clave: “los regímenes transitorios”.

Los plazos que se presentan para pasar de una tecnología a la otra, para aplicar las Zonas de Bajas Emisiones u otro tipo de políticas de este tipo, tiene vital importancia.

De apostarse por cambios muy disruptivos o que rompan demasiado rápido con la manera de convivir de los cuidados podría generarse un impacto negativo.

Por ello, es importante que “se piensen muy bien los periodos transitorios”, de  manera que no solo se dé lugar a un proceso ordenado sino que también sea lo más inclusivo posible.

“Aquí es donde la movilidad compartida toma un papel muy importante, ya que no trata de una transformación total”, destaca la vocera.

De esta manera, buscan desde su parte acompañar el proceso en el que se ve inmerso España, haciendo en que ya es momento de “dejar de creer que el coche eléctrico privado es el rey de la transición”.

Por otra parte, desde Reby ven a las nuevas normativas como una oportunidad para posicionarse en el mercado, siendo esto el caso contrario para gran parte del sector.

La puesta en marcha de zona de bajas emisiones permite que estos modelos de negocio comiencen a ganarse su sitio dentro de las urbes de las grandes ciudades.

Por lo cual 2023 llegará a ser un año clave, tras la implementación de esta medida en más de 149 ciudades españolas.

Siendo una de las empresas líderes del sur de Europa y con una acentuada tendencia de crecimiento, la compañía de movilidad compartida Reby ya se codea con los grandes actores apostando por ser parte de nuevo Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE).

Es por ello que miran a la iniciativa como una gran oportunidad para seguir avanzando en el desarrollo de baterías, elementos fundamentales para el avance de la electromovilidad.

“Vemos en el planteo del proyecto una visión integrada que nosotros también tenemos”, destaca en este sentido Antonieta Fernández.

Todo esto se debe a que supieron poner el foco en toda la cadena de valor, dando lugar así a que diferentes actores, grandes, medianos y pequeños puedan llegar a estos fondos.

Actualmente, las ayudas se encuentran a la espera de la apertura de convocatorias, donde las empresas interesadas tendrán tres meses para hacer llegar sus propuestas.

Ya hay una serie de actores que se han comenzado a posicionarse para obtener una porción de los casi 3.000 millones de euros que están dispuestos para el aceleramiento de la penetración del coche eléctrico y su desarrollo tecnológico en España.