Con los días contados por los anuncios de la Organización de las Naciones Unidas y la Unión Europea, los vehículos de combustión interna comienzan a recibir su fecha de caducidad dentro del mercado.

Tal es el caso de Volvo que en marzo de 2021 anunció que sus coches contaminantes dejarán de venderse cuando acabe esta década, aproximadamente en el 2025. 

Para aquel momento se espera que al menos el 50% de sus ventas globales ya sea de coches eléctricos, mientras que para 2030, ya se han estipulado que todos los coches de Volvo serán 100% eléctricos y solo podrán adquirirse por venta online.

Con un objetivo similar, para el 2026 Audi espera contar con un catálogo puramente eléctrico que esté integrado por hasta 30 modelos electrificados e híbridos.

Para conseguir esta transición principalmente tecnológica, la empresa alemana tiene previsto invertir alrededor de 14.000 millones de euros en movilidad eléctrica hasta finales de 2023.

Con fechas metas mucho más ambiciosas, el fabricante japonés confirmó hace pocos meses que a finales del 2022 Honda Motor Europe solo comercializará coches eléctricos en el continente viejo.

Pese a esto, a nivel global la apuesta no es tan alentadora, ya que plantea el fin total de la descarbonización de sus ventas para el 2040, fecha que la ONU ha puesto como límite para los países en desarrollo.

Claro está, que todos estos compromisos por parte del sector privado llegan de la mano de millonarias inversiones para poder hacer frente a esta transición tecnológica.

Es así, que General Motors invertirá unos 27.000 millones de dólares con el objetivo de poner fin a los motores diésel y de gasolina para 2035.

De esta manera, para aquel momento se han propuesto disponer de una oferta compuesta por 30 modelos totalmente eléctricos y con al menos del 40% de las ventas lideradas por este tipo de coches sostenibles.

Ya con un límite de emisiones cada vez más corto, Olivier François, CEO de Fiat, anunció que la empresa ya se encuentra transitando un proceso de conversión paulatina de su catálogo, que hoy está liderado por los vehículos a combustión.

Por lo tanto, el fabricante italiano, tiene previsto que este proceso llegará a culminar en el año 2030, cuando pueda poner fin a la venta y comercialización de los coches contaminantes, para dar lugar a una oferta completamente sustentable.

Cabe destacar que las previsiones para los coches eléctricos son buenas, ya que se prevé que, empujados por el contexto actual, se podría finalizar este 2021 con unos 16 millones circulando en las calles de todo el mundo. 

Finalmente, otro de los gigantes de la industria automotor, Renault ha anunciado que busca que en 2025 dejen de producirse coches con tubos de escape, pero asumen que este no será un desafío simple.

Pese a esto, Luca de Meo, CEO de Renault ha detallado que, hasta el momento, el 40% de las ventas de la empresa son modelos híbridos o eléctricos.

Las empresas que todavía se resisten al pase

En otro extremo se encuentran quienes todavía se resisten a dar el paso para dejar atrás los vehículos a combustión e ingresar al mercado de los híbridos y eléctricos. 

A diferencia de sus competidores y de los estados, BMW ha estado retrasando el anuncio de una fecha tope para la comercialización de sus coches a combustión.

Según ha informado hace algunos meses en el Salón de Munich, el responsable de desarrollo de BMW, Frank Weber, temen que el sistema no esté preparado para hacer frente a esta transición ecológica. Por lo cual, ya han anunciado que venderán motores a combustión mientras que allá demanda de ellos.

Pese a estas declaraciones, la firma apunta a 2039 como límite para dejar de comercializar estos coches y sostienen que el 2030 es una fecha “muy apresurada”.

Por otra parte, Porsche no ha definido su estrategia de descarbonización y apunta a que los motores a combustión podrían tener una segunda oportunidad por medio de los combustibles sintéticos.

Toyota es otro de los fabricantes que, en parte, acompaña esta idea. En diversas oportunidades el fabricante japonés se ha mostrado fiel a los vehículos híbridos y los motores a combustión acompañados por hidrógeno.

Asimismo, han pronunciado que no están en contra de la electrificación, pero si apuestan a que el usuario pueda acceder una diversa gama de opciones y que no se imponga un solo sistema.

Particularmente hablando de las limitaciones a la venta de motores a combustión, llamaron la atención ya que aseguran que al prohibir su venta en 2035 “el modelo de negocio actual de la industria automotriz colapsará”.