Bajo la Estrategia Nacional de Electromovilidad de Ecuador (ENEE), el país definió una serie de acciones próximas y estimaciones presupuestarias, entre las que se encuentra la financiación de flotas de vehículos eléctricos e infraestructura de carga. 

En este sentido, si bien el dinero requerido que se prevé es tan solo un aproximado basado en experiencias similares, se estima que será necesario invertir entre 80 y 90 millones de dólares “para establecer líneas de crédito con recursos para financiar el 25% de la meta a 2025 de buses y taxis antes del segundo semestre de 2023”. 

Cabe recordar que uno de los objetivos de la ENEE es alcanzar los 10 mil vehículos eléctricos para 2025. Para esto, se planea que circulen 1.500 buses, 2 mil taxis, mil camiones ligeros de carga y 5.500 autos ligeros.

Al mismo tiempo, para el 2030 la propuesta es mucho más ambiciosa. Se calcula que para entonces haya 100 mil vehículos eléctricos rodando por las calles ecuatorianas. Este número incluye 11 mil buses, 20 mil taxis, 4 mil camiones y 65 mil coches. 

Siguiendo esta perspectiva, también se proyecta una inversión de 30 a 35 millones de dólares para crear líneas de crédito con condiciones blandas para compradores individuales con el fin de financiar el 5% de la meta a 2030 de vehículos ligeros antes de finalizar el 2025. 

Este último segmento incluye vehículos particulares, motos y micromovilidad eléctrica, como por ejemplo, bicicletas y scooters. 

Estas líneas de crédito deberán estar a cargo de la Corporación Financiera Nacional, el Banco de Desarrollo de Ecuador, la Banca Multilateral, la Banca Comercial y, en el caso del transporte público, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas. 

Las mismas contarán con condiciones blandas como tasas de interés preferenciales bajas, plazos largos, requisitos preferenciales en términos de garantías y/o avales y periodos de gracia al inicio del crédito.

¿Cuáles son los principales obstáculos?

En el caso de los taxis y los buses eléctricos, se identificaron dos retos para establecer estas líneas de crédito: la falta de interés de los gobiernos futuros en generar deuda pública para ofrecer líneas de crédito con condiciones blandas para electromovilidad, y la consecución de recursos para el financiamiento de las líneas de crédito.

Respecto a los vehículos livianos individuales, también se observaron dos: la falta de interés por parte de la banca comercial en ofrecer líneas de crédito con condiciones blandas para electromovilidad, y, una vez más, la consecución de recursos para el financiamiento de las líneas de crédito.