Martin Piñeyro, consultor y asesor del Ministerio de Industria, Energía y Minas (MIEM), compartió precisiones sobre el estado de la electrificación del transporte público con la iniciativa «Subite», durante la XVI Cumbre de Movilidad Eléctrica en Latinoamérica y el Caribe organizada por Portal Movilidad.

Según el MIEM, este nuevo subsidio buscó que en cada departamento haya un primer ómnibus eléctrico, se empiece a observar de primera mano la tecnología y comience a existir una sensibilización entre la población.

“La próxima etapa será abrir el llamado para que las intendencias presenten sus proyectos. Ese trabajo se llevará adelante en lo que reste del 2022”, indica el consultor.

Añade: “Creemos que como máximo en enero del 2023 se podría ver la adjudicación”.

Previo a esta última etapa de recepción de proyectos, antecedió la fase denominada “precios a proveedores”, la cual acaba de finalizar y tuvo como objeto la generación de criterios de elegibilidad. Es decir, se especificaron los ómnibus que califican, la elegibilidad de marca, de proveedor y precios.

“Se genera un registro con el cual las intendencias departamentales pueden seleccionar el vehículo que mejor se adecúa a su idea de incorporación”, explica Piñeyro.

Y amplía: «El monto es de 85 mil dólares (el 75% o ese monto tope). La intendencia está obligada a mantener la propiedad por cuatro años». 

Se buscan condiciones de uso intensivo (más del 65% de la autonomía del vehículo) para garantizar un mayor impacto en la zona de operación. Este criterio será objeto de priorización para la asignación del beneficio por parte del MIEM.

Cabe recordar que la iniciativa permitirá estructurar un fondo para la compra de estos minibuses, microbuses o buses eléctricos.

Los proyectos no solo incluyen el cambio de buses diésel por eléctricos, sino que se apela a la creatividad de cada intendencia.

Está abierta la posibilidad de generar pruebas piloto que se puedan replicar en otros lugares del país.

El objetivo es mejorar los indicadores del servicio del transporte sin que necesariamente aumente la flota. Para ello, se podrá probar tecnologías de la información, entre otras opciones.

Los buses a adquirir podrán ser desde vans hasta unidades de ocho metros, por citar algunos ejemplos posibles.

Además, se busca promover tanto el transporte público como la incorporación de estos vehículos para circuitos turísticos, algo que ya está en los planes de algunas intendencias.

Otra iniciativa factible es el uso para transporte de escolares, docentes, personas de la tercera edad, etc. También se invita a considerar la instalación de una modalidad de movilidad compartida a través del uso de una aplicación.

Subsidios al transporte

Martín Piñeyro comparte su perspectiva sobre la asignación de subsidios para el transporte público para su electrificación.

“En Uruguay se generó desde el Gobierno central el subsidio para el transporte público. Buscaba cubrir el 4% de la flota y, en un primer llamado, fueron los 31 ómnibus eléctricos adjudicados que hoy circulan por Montevideo”, plantea el consultor.

Y sigue: “Si uno mira el costo total de propiedad (compra más operativo, más energía), el subsidio que se daba era de un monto muy similar al que recibía el combustible fósil en la misma vida útil. En el ómnibus eléctrico el subsidio iba a la compra del vehículo”.

En ese sentido, se considera que el costo inicial del vehículo cada vez será más bajo a causa de la disminución del costo de las baterías. En consecuencia, Piñeyro afirma que “el subsidio debería ser cada vez menos necesario”.

“El transporte público en todo el mundo es fuertemente subsidiado. Con la movilidad eléctrica, en teoría, podría necesitarse menos acompañamiento del Estado”, concluye el asesor ministerial.