Entre los objetivos del nuevo paquete de medidas “Fit for 55”, la Comisión Europea plantea para las furgonetas la obligación de que todas las unidades comercializadas a partir de 2035 sean de cero emisiones. ¿Es esto realizable?

De acuerdo a Transport & Environment, a fin de alcanzar este objetivo es necesario trabajar en hitos intermedios que endurezcan esta necesidad de electrificación.

Esto se da en un contexto en que estos vehículos se encuentran rezagados: con el aumento de las entregas a hogares, las vans son la fuente que más crece en emisiones de carretera, pero no se hace lo suficiente al respecto.

“Hay una necesidad de marcar objetivos intermedios para 2027, porque de otra forma el número de penetración de las furgonetas eléctricas se mantendrá muy bajo esta década”, explica James Nix, experto de Transport & Environment, a Portal Movilidad.

Para la asociación, los estándares actuales de emisiones para el segmento de las furgonetas son muy bajos en comparación a los coches, y actualmente no hay un despliegue real de sus variantes electrificadas: solo un 2.3% de las ventas fueron en esta modalidad en 2020, comparado al 10.5% de cuota que tuvieron los coches eléctricos en Europa.

Un problema que se presenta es que, al ser bajos, los estándares pueden ser pasados por los fabricantes mediante volúmenes de ventas muy bajos. Al ritmo actual, el sector llegaría muy apretado al objetivo de cero emisiones para 2035.

El temor de que los fabricantes retrasen la implementación de reformas hasta último momento hace que T&E crea que el volumen de ventas no superará el 5/7% hasta 2028.

La propuesta de la ONG es establecer un objetivo mínimo de reducciones de 60% de CO2 para 2030, y un objetivo de 31% para el 2027.

De esta forma, se estimaría que el 50% de las unidades vendidas para el año 2030 sean libres de emisiones y no el 38% que se calcula actualmente. Así, se llegaría al 100% en 2035 de forma más gradual.

La venta de furgonetas eléctricas en España

A cifras de 2020, el país tiene la segunda flota de furgonetas más grande de Europa, con estos vehículos representando el 6% de las emisiones del transporte de carretera, frente a un 13% de promedio para el continente.

La venta de modelos a batería eléctrica representó tan solo un 1.7% de todas las furgonetas vendidas en el año pasado, lo que coloca al país por debajo de la media europea del 2.3%.

Mientras que entre 2019 a 2020 los coches eléctricos tuvieron un salto del 1.3% al 4.9%, las e-vans solo lo hicieron del 1.5% al 1.7%.

Un punto que destaca T&E es que las bajas ventas se dan a pesar de que las furgonetas eléctricas de pequeño tamaño son más rentables en su vida útil que aquellas contaminantes.

Para Nix, esto se explica en gran medida por la falta de adaptación del sector.

“Hay una necesidad de repensar las líneas de ensamblaje, que están aún preparadas para el diésel, y adaptarlas a las furgonetas eléctricas”, define.

En ese sentido, valora como positivos el caso de Nissan y Renault como dos fabricantes que han sabido llevar gradualmente estos modelos electrificados a su producción, con niveles que rondan el 20% en el continente.

“Representan un buen ejemplo de que es posible incorporar estos vehículos al mercado”, acota el experto.

En España, estas dos empresas son las que precisamente vendieron más e-vans en 2020: Renault comercializó 680 unidades y Nissan 310. Les siguió en tercer lugar PSA con 200.