La semana pasada, la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputadas y Diputados aprobó por 5 votos a favor y 3 en contra, legislar para rebajar el impuesto específico a las tarifas de combustible.

Esta moción establece que, en caso de estado de excepción constitucional o alguna calamidad pública que afecte o comprometa gravemente el empleo e ingresos de la ciudadanía, dicho impuesto deberá rebajarse un 50%.

La autoridad, también subrayó que la propuesta de reducción del impuesto específico de los combustibles (IEC) podría disminuir ingresos fiscales en más de US$1.000 millones, lo que pone en riesgo el financiamiento del gasto público del corriente año.

Según estos cálculos, esa pérdida es el equivalente a la adquisición de 2.700 buses eléctricos con su correspondiente infraestructura de carga, que podría ser suficiente para renovar la flota de buses, por ejemplo, en todas las ciudades de las regiones de La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos, Aysén y Magallanes.

No quedan dudas entonces de que una rebaja en este impuesto puede significar una barrera o freno al desarrollo y los avances de la electromovilidad en el país porque si bien la medida estaría planteada para el tiempo que dure el estado de excepción, el autor de la moción (Álvaro Carter, diputado independiente de Chile Vamos) propone que se extienda más allá de este.

El proyecto comenzará a discutirse a partir del lunes 12 de julio, y tiene plazo hasta el 23 del mismo mes para presentar indicaciones. Luego se procederá a la discusión en particular.

Desde otra arista, pero sobre la misma temática, un oyente del Seminario: “Electromovilidad para los servicios municipales” organizado por la Asociación Chilena de Municipalidades, le hizo llegar una pregunta a José Luis Domínguez Covarrubias, Subsecretario de Transportes de Chile.

“¿Por qué no ocupar los recursos del impuesto al combustible para financiar la electromovilidad en Chile?”, cuestionó el espectador.

El funcionario respondió en tono risueño: “Créanme que a todos nos gustaría disponer de los impuestos”.

Y, con un grado de seriedad agregó: “Pero tenemos un Ministerio de Hacienda que manda, y todos sabemos, que los impuestos al final del día es una bolsa común y las necesidades del país  son cada vez mayores y en pandemia ni hablar”.

“Las prioridades las fijan tanto el Gobierno de turno como el Parlamento en la aprobación del presupuesto”, remarcó Domínguez.

Retomando la pregunta del espectador, concluyó: “Yo feliz pero no es parte de nuestra cartera”.