Si bien en la actualidad la adopción de los camiones impulsados a hidrógeno verde en la minería es lenta en México, la inclinación por esta tecnología irá en aumento hasta ser una opción minera comercialmente competitiva para 2050, cuando será cuatro veces más barata que la alternativa diésel.

Así lo afirma un estudio realizado por la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional y la consultora Hinicio. 

El estudio plantea dos escenarios de demanda hidrógeno verde, uno de baja y el otro de alta.

En el primero, para 2030 comenzarán a aparecer proyectos pilotos, mientras que a mediados de siglo, se espera que la infraestructura de carga ya se encuentre desplegada a nivel nacional y exista una mayor disponibilidad de unidades en el mercado. 

Esta estimación permite, por consiguiente, que la penetración esperada corresponda al 41% de la flota nacional, con más de 800 vehículos de celda de combustible desplegados y una demanda de hidrógeno verde de más de 100 mil toneladas por año. 

En este caso, la alternativa del hidrógeno será cuatro veces más barata que la diésel.

Esto terminará aportando a la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) del sector en México y requiriendo una capacidad de electrolizador superior a 1,300 MW.

En el segundo caso, el despliegue de infraestructura de hidrógeno en las minas permitirá que las primeras unidades comiencen a estar en línea hasta el 2027 a través de proyectos piloto y despeguen en el 2030 una vez que se establezca un suministro global
más amplio.

La implementación crecerá considerablemente superando las 300 unidades en el 2040 y acelerándose aún más para multiplicarse por cinco y llegar a 1.500.

En 2050, la opción diésel será 20 veces más cara que el hidrógeno, y los sistemas de producción y llenado de H2 verde se adoptarán ampliamente en las minas. 

Para entonces, hasta el 75% de la flota de camiones mineros en México estaría funcionando con hidrógeno, y el 25% restante de la flota sería de diésel, conformado por aquellos camiones que estén terminando su vida útil. 

Esto da como resultado una demanda nacional de hidrógeno de más de 200 kilotones por año y más de 2,400 MW de electrólisis instalados para minas.

Remontándose a hoy, el estudio afirma que estos camiones de celda de combustible son en general significativamente más competitivos que los de diésel, en alrededor de una cuarta parte del coste total de propiedad (TCO). 

No obstante, la falta de suministro de estas unidades y el despliegue de infraestructura de hidrógeno en las minas permitirá que los primeros vehículos comiencen a estar en línea recién en 2027 a través de proyectos piloto y despeguen en el 2030 una vez que se establezca un suministro global más amplio. 

En esta década, la implementación crecerá considerablemente superando las 300 unidades en el 2040 y acelerándose aún más para multiplicarse por cinco y llegar a 1.500 en el 2050.