Ante la escasez de ventas de vehículos eléctricos en el país, expertos aseguran que una alternativa beneficiosa para los usuarios podría encontrarse en el impuesto a la renta.

“Por qué no ir a una reforma tributaria donde sea deducible del impuesto a la renta la inversión de un auto eléctrico en cuatro a cinco años”, cuestiona Vicente Taiano, exdirector de la Autoridad de Tránsito Municipal de Guayaquil (ATM). 

“De esa manera, el monto que gastaste lo puedes ir deduciendo siendo adherido al tope de gastos deducibles que tenemos”, agrega, durante el I Foro Internacional La Electromovilidad en el Ecuador, organizado por la Asociación Ecuatoriana de Movilidad Eléctrica y Sostenible (Asecmovel) con colaboración de Portal Movilidad.

Concordando con esta perspectiva, Genaro Baldeón, presidente de la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (AEADE), advierte: “Ante la poca demanda necesitamos incentivos al comprador. Necesitamos una deducción para los impuestos a la renta”. 

“Necesitamos una tarifa reducida del impuesto de la propiedad de los vehículos, que es la matrícula, el cual sigue teniendo un costo elevado en vehículos costosos como los eléctricos. Debemos revisar esa tarifa”, comenta.

En lo que respecta a reducciones de impuestos, Ecuador ofrece una amplia cartilla. Por ejemplo, los 100% eléctricos no gravan el Impuesto al Valor Agregado (IVA), a su vez que los híbridos lo hacen a un 12%. Los eléctricos también están exentos del Impuesto a los Consumos Especiales (ICE), mientras que en el caso de los híbridos los costos son menores que en los vehículos a combustión. Sin embargo, estos no son suficientes. 

Asimismo, Baldeón encuentra una oportunidad en la electrificación de las flotas de reparto de las empresas.

“Debiera darse un incentivo directo a un comprador particular o a las empresas de transporte para que cambien sus flotas por movilidad eléctrica. Ahí hay un nicho muy importante en el sector privado para aquellas industrias de servicios que lo necesitan”, afirma. 

La poca demanda para Baldeón es tan solo uno de los tres grandes desafíos que hoy tiene por delante Ecuador en la industria, junto a la poca oferta e infraestructura de carga, provocados por la falta de un plan nacional conjunto entre los diversos protagonistas. 

“Tenemos poca oferta porque a nivel internacional se la están llevando los países que tienen planes, metas y subsidios fuertes como Europa, Estados Unidos y China”, señala.

Luego, añade: “Si nosotros queremos ser parte y tomar una pequeña cuota de la producción limitada que existe a nivel mundial necesitamos tener un plan creíble donde participen todos los actores. Ese sería el punto de partida para llamar la atención del exterior y decir que Ecuador es destino de vehículos eléctricos, aunque hoy los fabricantes no ven al país de esa manera”. 

Por último, respecto a los desafíos mencionados, cierra: “Necesitamos definitivamente ponernos de acuerdo hasta dónde el Estado también se compromete y regula el tema de infraestructura de carga. Asimismo se van a necesitar incentivos, no solo tributarios sino también de financiamiento en la demanda y en la infraestructura de carga”.

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