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martes 11 de agosto de 2020
Planificar redes eléctricas: la «clave» para la expansión de vehículos eléctricos en Latinoamérica
Consultoras como Hinicio investigan en países latinoamericanos el estado de las redes de carga para planificar la estructura y así incentivar las inversiones hacia el sector.
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La incorporación de vehículos eléctricos modificará la gestión de la infraestructura de carga y el sistema de distribución de energía. Las estrategias de carga inteligentes pueden ayudar a manejar las cargas en la red y suavizar el impacto.

En el caso de Estados Unidos el sistema eléctrico soportaría 30 millones de vehículos eléctricos hacia 2028, según estudios solicitados por el Departamento de Energía de ese país.

En dicho estudio concluye: “A nivel local, pueden surgir problemas con cifras de adopción de vehículos eléctricos aún menores. Eso se debe a que un EV de carga rápida puede extraer tanta carga como hasta 50 hogares. Si, por ejemplo, todas las casas de una manzana tienen un EV, un transformador de potencia no podrá manejar varios vehículos eléctricos que se carguen al mismo tiempo”.

Según datos de la Plataforma de Escenarios Energéticos del 2017 perteneciente al Ministerio de Energía de Argentina, se estima que un auto promedio recorre unos 17.500 km anuales (48 km/día).

Por otro lado, los vehículos eléctricos que se encuentran en el mercado actualmente tienen un consumo específico que ronda los 0.2 kWh/km. Lo que promedia en unos 9.6-10 kWh, por día.

En Latinoamérica ya se están realizando investigaciones en algunos países para mejorar las condiciones del sector y garantizar las herramientas para la masividad de la movilidad eléctrica.

Ana Ángel, gerente para América Latina de Hinicio, comentó que actualmente están trabajando en varios proyectos en los que estudian el impacto en las redes eléctricas de la movilidad. Al momento se finalizó el de Argentina y se esperan estudios similares en Colombia y Perú.

Destacó que es importante hacer estos análisis para planificar las inversiones en redes acordes a los escenarios de incorporación de vehículos eléctricos y a las características de las redes de distribución a nivel local.

“Los países que ya están viendo una penetración inminente de este tipo de vehículos, han empezado a estudiar la preparación de sus redes para atender a las necesidades de recarga”, indicó.

En este sentido estimó: “Una buena parte del transporte será eléctrico, a baterías e hidrógeno, hacia el año 2030. Hacia 2025 vamos a tener proyectos de flotas grandes de vehículos eléctricos como las de Santiago en varias ciudades latinoamericanas”.

“Hay que estar preparados, analizar por lo menos las tres ciudades más grandes de cada país desde ahora. No esperar a que los proyectos ya se estén gestando”, manifestó.

Además, explicó: “Se podrían generar situaciones donde las empresas privadas y las flotas de transporte público quieran adoptar los vehículos eléctricos y sencillamente no tengan la capacidad suficiente para recargar en ciertas ubicaciones”.

“Por más incentivos que se le den a la movilidad eléctrica, si las redes eléctricas no están preparadas, varios proyectos se podrían ver obstaculizados”, expresó.

La gerente de Hinicio recalcó que sin las condiciones habilitadoras que les den seguridad a las empresas, difícilmente lleguen las inversiones.

Señaló la importancia de los marcos regulatorios y la remoción de barreras, como el caso de Chile: “Las grandes inversiones se dieron porque hubo un respaldo del gobierno, se crearon las garantías, y se alinearon los fabricantes, las distribuidoras y los operadores de flotas”.

“Las tecnologías de movilidad eléctrica están bajando de precio al tiempo que se están dando los avances regulatorios y normativos”, refirió. En este aspecto destacó el trabajo que está haciendo la banca multilateral en la región como el Banco Interamericano de Desarrollo, Banco de Desarrollo de América Latina y el Banco Mundial.

Por otro lado, mencionó la importancia de, en paralelo, a la inversión en infraestructura, realizar la transición de las matrices eléctricas: “No tiene lógica ambiental introducir la movilidad eléctrica en un país donde la base de la energía eléctrica es fósil”.

En este punto ejemplificó con la situación de Uruguay: “Descarbonizó la matriz eléctrica, hoy es 98% renovable. Empezó a descarbonizar el transporte público urbano y el transporte privado a través de la movilidad eléctrica a batería. Una tercera fase en la que están trabajando es descarbonizar el transporte pesado a larga distancia a través de hidrógeno”.

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