El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció en vísperas de la cumbre bilateral, a llevarse a cabo el 9 y 10 de enero con Estados Unidos, que se construirán cinco plantas de energía fotovoltaica para proveer a la matriz del país limítrofe y desarrollar la movilidad eléctrica en ambas jurisdicciones.

En ese marco, aparecen preguntas en torno a cómo se ejecutará y qué es lo que necesita el país. 

Para despejarlas, Portal Movilidad dialoga con Diego Rivera Rivota, investigador asociado al Center on Global Energy Policy de la Universidad de Columbia, quien aporta su visión sobre las negociaciones en el marco del Plan Sonora. 

“Lo que tenemos en claro es la construcción de este proyecto de energía fotovoltaica. Lo que aún no se ha aclarado es dónde y en base a qué condiciones de factibilidad. No ha habido declaraciones estrictamente técnicas y a largo plazo, como siempre hace falta en el sector energético”, expresa el investigador. 

Por otro lado, Rivera sostiene que, inclusive en el caso de que existieran condiciones para construirlas, las cinco plantas (que suponen 5 gW de energía) no serán suficientes.

“El anuncio sirve para cerrar un acuerdo con Estados Unidos y la negociación política, pero no para cumplir con los objetivos de transición vehicular hacia el 2030. No solamente para aguantar la movilidad eléctrica, sino para la demanda en general”, estima el académico. 

Vale mencionar que esas plantas, según las palabras de AMLO, serán destinadas a la exportación hacia Arizona.

“¿Cómo vamos a estar exportando energía si probablemente la necesitemos aquí?”, se pregunta Diego Rivera.

A partir de estos elementos, surge del experto hipotetizar que el anuncio realizado en la última conferencia tiene más que ver con condiciones de negociación que con política energética en sí. 

Asimismo, balanceando la gestión, el experto valora como positivo el tratamiento de los recursos naturales por parte del Gobierno, aunque considera que “hay que saber cómo desarrollarlos”. 

“La meta principal es una política energética nacionalista cuya prioridad es aportar a la autosuficiencia energética. Eso lo consigue a través de la CFE  y Petróleos Mexicanos”, analiza el investigador. 

Y amplía: “Surgido de la tendencia de la administración, se han aumentado las energías renovables: 2021 cerca del 12% de la electricidad fue solar y eólica, cuando en 2017 no era más del 4%. Eso fue a partir de subastas eléctricas”.

Sin embargo, esta línea de intervención de las autoridades ha encontrado su límite en la necesidad de articular con la potencia vecina y aceptar inversiones externas. Aún así, sostiene como punto de negociación que el financiamiento por parte del banco estadounidense sea hacia la CFE y se constituya como deuda soberana. 

“Ahora, el objetivo del Gobierno es que todas las plantas sean de la CFE. Sin embargo las empresas privadas quieren participar. Sea de la CFE o no, si no hay un cambio importante en los próximos cinco años, puede haber un problema de insuficiencia energética”, concluye Rivera.