Si bien este último año se anunció una serie de proyectos de promoción de vehículos eléctricos en Paraguay, como planes de alianzas y cooperaciones internacionales, actores de la industria aseguran que aún hacen falta iniciativas concretas por parte del Estado, teniendo en cuenta que las escasas que hubo provinieron del sector privado.

“Lo que hace falta es compromiso del Estado ya que es el principal catalizador de todo lo que tiene que ver con la movilidad”, advierte Fernando Careaga, gerente del Touring y Automóvil Club Paraguayo (TACPY), organización pionera en liderar la mesa de electromovilidad en el país junto a la Federación Internacional Automotriz (FIA) y al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) hasta fines de 2019. 

Y agrega: “Es una decisión estratégica del Gobierno lo que se necesita, como la compra de vehículos eléctricos para su flota y para un recambio de buses, emitir normativas técnicas para quienes importan estos vehículos o invertir en infraestructura de carga, para la cual hay muchas iniciativas privadas y casi nada del Estado”. 

En ese sentido, Careaga ejemplifica que en lo que refiere al transporte público, si bien hay un plan en proceso, por el momento solo hay dos proyectos de origen privado. En este, una empresa incorporó un bus híbrido, mientras que otra llevó dos 100% eléctricos. 

Además, para el representante del TACPY, el consumo de la energía eléctrica producida a nivel local podría ser una prioridad absoluta, lo que tendría una implicancia en la balanza de pagos al no estar comprando combustibles fósiles del extranjero y no existan salidas de divisas. 

No obstante, el Gobierno paraguayo no parece desconocer la relevancia de la electromovilidad teniendo en cuenta que el último año demostró interés por el desarrollo de la industria a través de alianzas estratégicas. 

En marzo, el ministro de Industria y Comercio, Luis Castiglioni, había anunciado avances en las negociaciones con Corea “para la implementación de una suerte de primera plataforma experimental para la industria automotriz eléctrica”, así como en mayo había entablado conversaciones con Taiwán y Estados Unidos para atraer inversiones en lo que respecta a las energías renovables y al sector automotriz. 

Según Careaga, el país tiene las condiciones dadas para el desarrollo de la industria, tanto en términos sociales como tributarios y geográficos. 

“Paraguay tiene muchas ventajas comparativas en comparación a otros países de la región en lo que respecta a la producción”, señala y añade: “La presión tributaria es bastante baja, está en torno del 10%, hay mucha mano de obra y mucha capacitación”.

Y cierra: “Las cargas sociales son muy bajas y estamos con una importante ubicación estratégica, estando en el centro del Mercosur. En lo que tiene que ver a inversiones se podrían impulsar sin problemas”. 

Si bien hoy el TACPY no participa activamente en la mesa de electromovilidad nacional, dado que la pandemia cambió las prioridades de la organización, sí se encuentra involucrado de forma particular en el tema. 

En la actualidad, está concretando una alianza con BYD para instalar un cargador en un hotel parador que tiene en una de las rutas internacionales que une Asunción con la ciudad de Encarnación.