En marzo el Ministerio de Desarrollo Productivo autorizó a siete empresas automotrices la importación de 1.284 vehículos híbridos, eléctricos y a celdas de combustible, con un Derecho de Importación Extrazona (DIE) de 0% a 5%. Sin embargo, aún no se estableció un cupo para el 2023.

Una parte del sector considera que es indispensable para garantizar la entrada de las unidades y que exista una línea razonable de productos disponibles para el consumidor, dado que en Argentina no se producen autos electrificados.

Sin embargo, otros creen que en el país la transición es lenta debido a la falta de dólares y de inversiones, y a la existencia de este cupo a la importación.

“Los países andinos tienen un mercado abierto, por eso la entrada de vehículos eléctricos nuevos, desde autos hasta camionetas y buses, es más fácil. No tienen tanta protección como hay en el Mercosur. Eso genera que estén un paso adelante en este proceso”, explica Gustavo Pérego, director en ABECEB, en diálogo con Portal Movilidad.

Y agrega: “Hay que abrir el cupo y darle mayor preponderancia a la posibilidad de que ingresen vehículos eléctricos”.

Vale mencionar que ya varias empresas alrededor del mundo, como Toyota en Colombia, solicitaron su eliminación con el fin de que “crezca el mercado”.

En este sentido, dado que la importación de electrificados a la Argentina no es un proceso sencillo, se plantea la posibilidad de fabricarlos en el país.

Esta idea surge debido que el Gobierno se está involucrando en la movilidad sostenible mediante incentivos tales como el programa para aumentar las exportaciones automotrices y la ley de electromovilidad, que espera ser aprobada en un futuro próximo.

Por un lado, Sergio Massa, ministro de Economía de la Nación, anunció recientemente el programa para que las empresas automotrices que aumenten sus exportaciones paguen 0% de derechos de exportación por las ventas incrementales al exterior.

“Nuestra industria automotriz por su dinamismo y competitividad posicionó a la Argentina como un jugador estratégico a nivel regional. Con 8.800 empleados y una producción superior a la pre-pandemia, genera una enorme proyección a futuro y Toyota es ejemplo de ello”, destacó Massa en sus redes sociales.

Por el otro, la Ley de Promoción de la Movilidad Sustentable, conocida como ley de electromovilidad, promueve el diseño, investigación innovación, desarrollo, producción, comercialización, reconversión y/o utilización de vehículos propulsados por fuentes de energía sustentables.

Además, plantea que desde el año 2041 no podrán comercializarse vehículos con motor de combustión interna nuevos en el territorio nacional. De esta forma, se eliminaría el ingreso de autos a diésel.

Está claro que en los próximos años la industria automotriz argentina deberá tomar el camino de la movilidad sustentable y generar nuevas tecnologías. La gran pregunta es… ¿Cuándo lo hará?