La Unión Europea ha marcado el rumbo de la eficiencia energética y de la eliminación de los gases de efecto invernadero para los edificios residenciales. Para 2030 pretende que se reduzca en un 55% y para 2050 busca la neutralidad climática.

Pero, ¿cómo ingresa en esta ecuación la movilidad eléctrica? De manera sencilla: los puntos de recarga en España deben instalarse de forma obligatoria en los parkings de los edificios.

El Real Decreto 29/2021 marca que para el 1 de enero de 2023 los aparcamientos públicos deberán tener un cargador cada 20 plazas, en caso de ser privado: cada 40. De esta manera, el consumo energético crece.

“Para ahorrar ese aumento en los edificios se prevé realizar instalaciones fotovoltaicas para autoconsumo a colocarse en las cubiertas. Los paneles cubrirán una producción de 30, 50 o 60 kilovatios”, comenta Luis Cristóbal Roncero, Project Manager Energías Renovables del Grupo EULEN.

El ingeniero industrial explica que con esta nueva regulación y la anterior de origen español se deberá hacer un balance para que esto pueda funcionar. Por lo tanto, desde la empresa ven una solución en la instalación de paneles.

De esta manera, se puede compensar la reducción de emisiones, que busca la Unión Europea con la nueva normativa y poder tener los puntos de recarga necesarios que exige la regulación local.

“Venimos implementando hace un tiempo un control centralizado para ajustar los momentos de iluminación, calefacción y climatización del edificio. Es un sistema central que monitoriza todas las instalaciones”, aclara Roncero sobre las medidas para ser más eficientes al momento de instalar nuevos conectores.

El aumento en cantidad de potencia requerida es significativo cuando se instalan varias plazas de puntos de recarga. El Proyect Manager comenta que una instalación de seis cargadores necesita de hasta 42 kW.

Pero aclara que de esos solo 30 kW están disponibles porque el consumo energético del edificio no permite que todos estén en funcionamiento.

Todo va a depender del momento de carga y potencia disponible en el lugar porque puede, por momentos, ser menor la disponibilidad de kilovatios según el consumo que se realice en determinado momento.

Los edificios, por lo general, llevan un consumo de 90 kW, pero con la suma de los puntos de recarga esta cifra escala a, al menos, 120 kW.

Lo que normalmente tiene contratado este tipo de construcciones son 100 kW. Por lo que, antes de llevar a cabo una instalación de puntos de recarga, se deberá realizar un estudio de la potencia requerida por un grupo de ingenieros especialistas.

Entonces, a partir de ese momento, se deberá solicitar la potencia necesaria para los nuevos cargadores a la empresa distribuidora y llevar a cabo la instalación. 

Por ejemplo, si es necesario instalar seis puntos de recarga, se deberá solicitar 50 kW nuevos a la distribuidora de energía.