Latam | Opinión
jueves 24 de febrero de 2022
Opinión: Seis maneras para asegurar el éxito de su transición a los buses eléctricos
Alvaro Iriarte Sanderson Director Regional para el Cono Sur de Optibus.
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Los buses eléctricos son fundamentales para mejorar la calidad del aire en las ciudades latinoamericanas, algunas de las cuales están entre las más contaminadas y congestionadas del mundo. La transición para cambiar de diésel a eléctricos ya está en curso. El Transmilenio de Bogotá y MetBus de Santiago han desplegado cientos de buses eléctricos en Colombia y Chile, y la alianza de implementar buses de cero emisiones de forma rápida (ZEBRA), sigla en inglés, busca inversiones por $1.000 millones de dólares para incorporar otros 3000 buses eléctricos en toda Latinoamérica.

Sin embargo, la implementación exitosa de los buses eléctricos es más complicada que solo la conseguir el capital para comprar los buses o ponerlos en la calle. Los buses eléctricos tienen una cantidad de especificaciones complejas que amenazan con perturbar las programaciones y rutas existentes. La transformación digital de los procesos de programación, junto con políticas que apoyen las operaciones permanentes de buses eléctricos, es igual de crítica para garantizar su adopción y éxito generalizado.

Al hacer la transición de su flota, asegúrese de que su equipo de operaciones comprenda y tenga en cuenta una serie de parámetros nuevos relacionados con los buses eléctricos, como:

  1. Costos de la electricidad: cargar los buses eléctricos es un desafío particularmente multidimensional de las programaciones actuales. Al contrario del diésel, los costos de la electricidad cambian durante el día, y más dramáticamente que el diésel o el gas natural. Ajustar los tiempos a los periodos de menor demanda de energía, cuando los precios son más bajos, es fundamental para reducir los costos de energía, y por lo tanto de operación. Se debe asociar con las empresas de servicios públicos desde el principio. En muchos casos, recargar los buses por la noche puede permitir el balanceo de carga. Es posible que las empresas de energía les cobren tarifas más altas por el exceso de almacenamiento durante ese periodo del día, y puede que desee establecer una alianza. Esto es más complejo que simplemente entrar en la estación de combustible.
  2. Ubicación y tipo de las estaciones de carga: la cantidad y tipo de cargadores en su territorio determina el momento que pueden aprovechar los conductores para cargar durante la ruta, o si los buses deben regresar al patio o deposito para cada carga. La ubicación del cargador también afecta el tipo de cargador: Los cargadores rápidos permiten cargar rápidamente los buses en ubicaciones de tiempo de regulación que están situadas en áreas de alta densidad. Los cargadores lentos, que cargan los buses a una tasa menor, por lo general durante la noche, frecuentemente están ubicados en el patio o deposito. Las ubicaciones de carga deben estar alineadas con las necesidades de carga de toda la flota, y también determinan la cantidad y duración de los viajes vacíos necesarios para llegar a los cargadores, lo que afecta la cantidad de servicios que se pueden ofrecer. Las agencias y operadores deben decidir cuál estrategia de carga, rápida o lenta, es más adecuada para su operación.
  3. Coordinación de los tiempos y disponibilidad de carga: solo toma algunos minutos llenar un bus con diésel una vez por día, y luego recorre 650 kilómetros a un costo fijo. Los buses eléctricos toman de 1 a 6 horas en cargarse, 1 a 3 veces por día, ofreciendo una autonomía relativa y aproximada de 110 a 400 kilómetros y con costos variables. Cargar demasiados buses eléctricos simultáneamente puede crear una escasez de cargadores que obligue a las agencias a utilizar buses diésel para cubrir la brecha. Por otro lado, la carga menos óptima puede disminuir la autonomía de la batería y aumentar la cantidad de buses necesarios para operar un horario. Esto eleva los costos operacionales y resta recursos de buses, que podrían crear una línea adicional o una nueva ruta. Coordinar eficientemente dónde, cuándo y por cuánto tiempo se hacen las cargas es fundamental para prestar servicios de calidad y minimizar los recursos de buses. Esto se complica exponencialmente a medida que aumenta la flota de buses eléctricos.
  4. Clima: el clima afecta la disponibilidad y costo de la energía, y el rendimiento de las baterías. Los extremos de frío o calor, al igual que los sistemas de calefacción o aire acondicionado necesarios para mantener cómodos a los pasajeros, pueden drenar las baterías y exacerbar las limitaciones de autonomía. En ocasiones esto evita que los buses completen los turnos, porque los buses eléctricos cubren 20 % menos kilómetros en clima frío. Incluso con carga adicional, los buses eléctricos tienen menos autonomía bajo temperaturas extremas.
  5. Topografía: en las ciudades con terrenos que poseen pendientes, los buses eléctricos pueden tener dificultades o no pueden recorrer las pendientes, lo que ocasiona retrasos o cancelación de servicios. El peso adicional por el hacinamiento puede afectar la energía de la batería y la velocidad. El comportamiento de los conductores y las condiciones de la ruta (calles) también afectan el rendimiento de la batería, al igual que con los buses diésel. Las baterías se degradan con el tiempo, lo que significa que durante la vida útil del autobús eléctrico, su programación de carga o rutas puede cambiar. Además, por supuesto, la autonomía de algunas baterías es menor en la realidad de lo anunciado inicialmente.
  6. Agilidad y velocidad (planificación para el momento en tiempo real): uno de los desafíos de una flota tradicional es la conexión de todos los viajes con la menor cantidad de buses posible, minimizando el costo de los viajes vacíos. Optimizar esta situación es más simple en comparación con un escenario de buses eléctricos, que debe tener en cuenta, además de los viajes vacíos, entre otros, los lugares de carga (en ruta o en el patio o deposito), los costos de energía (buscando momentos de baja demanda y costo), la disponibilidad de cargadores, el tiempo de carga (carga rápida vs. larga) y la autonomía de las baterías dependiendo de la estación del año.

El abanico de posibles resultados del escenario de vehículos eléctricos es expansivo. Obtener la mejor solución usando software tradicional, puede tomar días, y semanas mediante métodos manuales, y tanto lo uno como lo otro pueden producir errores que hacen que su «solución» sea ineficiente. La pandemia ha provocado que mantener el ritmo de los cambios (diarios) sea fundamental para prestar servicios de calidad. Si el clima o los costos de la energía cambian en una sola noche, o en tan solo horas, como sucede en ciertas regiones, los programadores deben comprender casi de inmediato cómo se afecta la autonomía para ajustar las programaciones en tiempo real, no días después.

Estos parámetros de los buses eléctricos, nuevos y complejos, serán un desafío para las herramientas viejas y anticuadas que no son compatibles con los requisitos modernos. Para gestionar efectivamente los buses eléctricos es fundamental adoptar procesos de programación digital más poderosos, con capacidad algorítmica. Además, debido a que cada región y red de transporte público tiene características específicas, no hay una sola solución adecuada para todo el sector, la digitalización tiene un papel importante en el desarrollo de las estrategias personalizadas que se necesitan para gestionar los buses eléctricos en el contexto local.

A medida que las flotas son cada vez más eléctricas, el sector debe asegurarse de invertir, no solo en la compra inicial de buses y cargadores, sino también en los medios operativos que aseguren el éxito. La transformación digital mediante un software de programación y gestión altamente flexible permitirá que los programadores tomen mejores decisiones, más rápidamente, respecto a los parámetros complejos de los buses eléctricos, optimicen los recursos del transporte público y se ajusten con fluidez a los nuevos desafíos, todo esto mientras logran que las ciudades sean más verdes y que los pasajeros estén más satisfechos.

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