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lunes 23 de mayo de 2022
Opinión: Las finanzas pueden y deben ser verdes
Gonzalo Muñoz Abogabir United Nations High Level Climate Action Champion for COP25.
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Cientos de instituciones financieras de todo el mundo, que representan millones de millones de dólares en activos se han comprometido a financiar la transición a cero emisiones netas antes del 2050.

Pero las antiguas barreras estructurales siguen obstaculizando inversiones relevantes en muchos de los países de mayor riesgo, los que se han ido debilitando por los impactos del cambio climático, el Covid-19 y deudas cada vez más grandes. Mientras tanto, la geopolítica ha complicado aún más el proceso de transición energética.

Temas complejos como el endeudamiento, falta de cobertura, una gestión ineficiente de los riesgos y pérdidas debido al cambio climático están impactando negativamente a unos 6.500 millones de personas en 143 mercados emergentes y economías en desarrollo. Las finanzas verdes surgen como una respuesta fundamental a esta situación, por varias razones interconectadas.

En un nuevo informe sobre el financiamiento para el desarrollo sostenible, la ONU llama como «gran brecha financiera» a esta incapacidad de los países más pobres para recaudar recursos y pedir prestado de manera asequible para su desarrollo.

Los países afectados por esta brecha ya representan el 91% de las muertes por fenómenos meteorológicos extremos en los últimos 50 años. Se trata de países que necesitan inversiones tanto en mitigación como en adaptación para apoyar su desarrollo sostenible. Si no se desarrollan de manera sostenible, sus emisiones crecerán rápidamente en los próximos años.

Podemos romper este ciclo, si los líderes del mercado financiero, los gobiernos, la industria y la sociedad civil logran desarrollar asociaciones público-privadas, vehículos innovadores de financiación combinada y nuevos enfoques para los seguros y la deuda soberana.

Un esfuerzo concertado entre los gobiernos y el mercado financiero puede ayudar a movilizar la inversión a gran escala, incluso del capital institucional. Un primer paso crítico para esto es el diseño de un alcance claro para las llamadas «plataformas nacionales», que especifican los objetivos nacionales de clima, naturaleza y desarrollo sostenible, para así proporcionar la transparencia que necesita la inversión privada.

También hay desafíos y necesidades relacionados con los mecanismos de reducción de riesgos que deben ser abordados, como la necesidad de desarrollar proyectos con modelos de negocios escalables, una gobernanza establecida y transparencia de los datos.

La Glasgow Financial Alliance for Net Zero (GFANZ) está colaborando con los formuladores de políticas públicas, líderes gubernamentales, instituciones financieras públicas y otras partes interesadas para abordar estos problemas a nivel internacional, nacional y en cada proyecto específico.

GFANZ, que está cumpliendo su primer año, ya agrupa a más de 450 firmas financieras, todas comprometidas a alcanzar el cero neto antes del 2050. Muchos miembros ya han publicado sus objetivos provisionales para 2030, dirigidos a contribuir de manera equitativa al reducir a la mitad sus emisiones entre el 2020 y 2030.

Esto se alinea con los Climate Action Pathways (rutas de acción climática) del Marrakech Partnership para el sector financiero global, que establece que, para el 2030 como muy tarde, se internalizará el costo de las externalidades negativas, y la resiliencia climática se incorporará a las evaluaciones económicas más amplias.

Paralelamente, la iniciativa Science Based Targets está ayudando a establecer estándares con evidencia basada en la ciencia para las finanzas, con un nuevo documento sobre la definición y el establecimiento de objetivos de cero emisiones netas para bancos, propietarios de activos, administradores de activos y otras instituciones financieras. A esto le seguirán el establecimiento de nuevos estándares para el sector a principios del 2023.

Esta iniciativa es una parte esencial de la implementación de la acción climática que requiere urgentemente de un flujo cuantioso de financiamiento.

«Por primera vez en la historia, las energías renovables alrededor del mundo están creando buenos empleos verdes y conectando a las personas con energía confiable de bajo costo. Lo que ahora tenemos que hacer es apoyar a los países en desarrollo para que produzcan esta misma transición», dijo el presidente de la COP26, Alok Sharma, antes de las reuniones del FMI y el Banco Mundial de la semana pasada, señalando la asociación para una transición energética justa de Sudáfrica con el Reino Unido, Francia, Alemania, Estados Unidos y la UE como ejemplo.

«Para que los millones de millones empiecen a fluir con fuerza, necesitamos ser capaces de descifrar lo que queremos decir con instrumentos de reducción de riesgos y de inversión combinada», dijo Rania Al-Mashat, ministra de cooperación internacional de Egipto, en un video del Banco Mundial sobre la COP27. «Así que esperamos trabajar con todos nuestros socios para ver cómo podemos dar el paso del compromiso a la acción».
Invertir en océanos limpios y saludables.

La conferencia “Our Ocean” en Palau en abril aseguró 410 compromisos por un valor de más de US $ 16 mil millones para mejorar la salud y la resiliencia de los océanos. Esto incluye avanzar en soluciones el cambio climático basadas en el océano, así como el transporte marítimo limpio y las energías renovables en alta mar.

Esto es crucial, porque un océano sano puede ser una fuente de sumideros de carbono, resiliencia y desarrollo sostenible. Los compromisos asumidos durante el mes pasado, tanto en Palau como en la Semana Marítima de Singapur y la Conferencia de Liderazgo Oceánico Nor-Shipping , abarcan tanto la necesidad de crear resiliencia como de mitigar las emisiones del sector marítimo.

En el área de la resiliencia, Estados Unidos prometió US$1 millón al Ocean Risk and Resilience Action Alliance, organismo que busca generar resiliencia en las comunidades costeras y marinas. La alianza, un socio de Race to Resilience -campaña respaldada por la ONU-, reúne a empresas financieras y de seguros, gobiernos, sociedad civil y otros para incentivar al menos USD$ 500 millones de inversiones en soluciones basadas en la naturaleza.

El Reino Unido contribuirá con £3 millones al Fondo Mundial para los Arrecifes de Coral (GFCR), para apoyar soluciones financieras y modelos de negocios que puedan hacer que los arrecifes de coral y las comunidades costeras sean más resistentes. Mientras tanto, el Banco Asiático de Desarrollo lanzó la primera Incubadora de Bonos Azules del mundo para apoyar la inversión en proyectos oceánicos y proteger los medios de vida en Asia y el Pacífico.

Por el lado del transporte marítimo, los gobiernos nacionales y locales, las empresas, las asociaciones industriales y otros están trabajando para establecer objetivos de descarbonización, estimular la innovación y capacitar a los trabajadores para un sector de transporte marítimo ecológico.

La descarbonización del sector naviero antes de 2050 debe ser impulsada mediante transformaciones en tres areas del sector para el 2030, según la nueva hoja de ruta de la industria representada por Zero-Emissions Shipping Mission, que busca la viabilidad comercial de la meta Cero Neto. Al menos 200 buques tendrán que utilizar principalmente combustibles de cero emisiones. Un mínimo del 5% de la flota mundial de aguas profundas debe ser operada con combustibles limpios a base de hidrógeno. Y al menos 10 grandes puertos comerciales en tres continentes tendrán que suministrar combustibles de cero emisiones.

La declaración del gobierno sobre el fortalecimiento de los esfuerzos para lograr un transporte marítimo de cero emisiones para 2050, anunciada en Glasgow, dio la bienvenida a 14 nuevos países durante la conferencia de Palau, incluidos Europa, América del Norte, África y las islas del Pacífico. Paralelamente, el desarrollo de corredores de transporte marítimo ecológicos y combustibles de transporte marítimo limpios está avanzando, liderado por asociaciones entre gobiernos nacionales, empresas y otras partes interesadas.

La Red Europea de Corredores Verdes conectará Hamburgo, Gdynia, Roenne, Rotterdam y Tallin. Las compañías mineras y navieras, incluidas BHP, Rio Tinto, Oldendorff Carriers y Star Bulk Carriers, se han asociado para crear un corredor verde para el comercio de hierro entre Australia y Asia Oriental. Y el gobierno chileno está trabajando con el Centro Mærsk Mc-Kinney Møller para el transporte marítimo con cero emisiones de carbono para desarrollar corredores verdes en Chile .

Mærsk también desarrolló un estudio de viabilidad este año con el gobierno egipcio para explorar la producción de combustible verde a gran escala en el país. La compañía química Yara International tiene la intención de construir una red de búnker de combustible de amoníaco limpio en Escandinavia, y un consorcio de compañías ha acordado desarrollar y construir dos grandes buques petroleros que usen combustible de cero emisiones.

También hay esfuerzos dirigidos a garantizar que los trabajadores que dependen del transporte marítimo no se queden atrás en esta transición. El Just Transition Task Force , grupo de trabajo que garantiza la transición justa, anunciado por primera vez en la COP26, está elaborando un informe para la COP27 en el que se evalúan las competencias necesarias para una transición justa y equitativa, y el número de tripulantes marinos que necesitarán mejorar sus capacidades.

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