El futuro ambiental de nuestro planeta es nuestra responsabilidad y todos debemos ser actores positivos, logrando impactar y frenar el cambio climático. Desde nuestros hogares, lugares de trabajo y espacios en común podemos contribuir para mejorar la calidad del aire, con pequeños cambios que generan grandes impactos, como reciclar, reutilizar o integrar nuevas tecnologías limpias y amigables con el medio ambiente.

En este escenario la electrificación del transporte cobra mayor fuerza y sustento ambiental al ser comparada con otras tecnologías del mismo sector, logrando una importante reducción en la emisión de los gases efecto invernadero. Es por esto, que, cada vez hay un mayor convencimiento y apropiación en el sector público, privado y en todos los que creemos que tenemos un compromiso en mejorar la calidad del aire para esta y futuras generaciones.

En Colombia gracias a todos los actores gestores del cambio ambiental, que toman con responsabilidad y compromiso la descarbonización del sector transporte, hoy podemos decir que es un proyecto de país que empieza a mostrar resultados tangibles. La llegada de los buses eléctricos al sistema de transporte masivo el año anterior, nos demostró que este tipo de proyectos tan desafiantes se integran fácilmente en las ciudades, bajo el liderazgo futurista de los entes gestores, en este caso Transmilenio.

Es así como este tipo de modelos pueden seguir replicándose en las demás ciudades, adaptándose a las necesidades del servicio y permitiendo a los usuarios finales una movilidad ecología, silenciosa y sostenible.

Este gran salto a la movilidad eléctrica masiva seguramente tendrá trascendencia a la movilidad individual; con el apoyo de los gobiernos centrales y nacionales y las regulaciones de alcance a la carga de los vehículos de transporte y corredores eléctricos, generaran confianza en los compradores que quieren pasar de vehículos de combustión altamente contaminantes a vehículos eléctricos que dejan huella verde en sus recorridos. Por otro lado, los fabricantes de esta nueva generación de transporte eléctrico deben avanzar rápidamente de cara al costo de estos vehículos para el usuario final, permitiendo que este sea asequible a todo público y abriendo la puerta a esta transición.

La movilidad eléctrica es solo uno de los grandes pasos que debemos dar para generar impactos positivos en nuestro medio ambiente; se deben sumar todos los sectores productivos, comunidades y gobiernos con ideas ambientalmente amigables que frenen el calentamiento global. El tiempo se agota y somos el principal actor para lograr este cambio.