Chile | Opinión
lunes 25 de octubre de 2021
Opinión: Electromovilidad 2035: La nueva ambición de Chile
Alberto Escobar Gerente de Movilidad y Políticas Públicas de Automóvil Club de Chile y Presidente de la AMECH.
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Como parte de la nueva orientación que tendrá la Estrategia Nacional de Electromovilidad, el Gobierno de Chile anunció de manera sorpresiva y audaz que en 2035 sólo se venderán vehículos eléctricos en el país, como así también lo será el transporte público (buses, taxis y colectivos) y maquinaria móvil mayor, como camiones de extracciones y maquinaria pesada.

Hace un buen tiempo nos hemos convertido en un referente internacional, lo cual es un honor, pero también es una tremenda responsabilidad, porque en el resto de los países hay muchos experimentos y programas piloto que aún no salen de esta fase. Chile dio el gran salto al fijarse metas concretas para que el parque automotor y el transporte público sean definitivamente cero emisiones, y entregó una señal clara y potente: quiere ser líder en electromovilidad dentro de la región y aspira a convertirse en un actor relevante en el mundo en la promoción de esta tecnología.

Para cumplir con esa meta ambiciosa, no sólo el sector público y privado deben seguir trabajando a la par tal como lo han venido haciendo eficientemente en los últimos cinco años, sino que ahora entramos a la etapa de establecer compromisos muchos más concretos para que estos anuncios no queden en sólo buenas intenciones.

No sólo es indispensable que se desarrollen mayor incentivos y se generen políticas públicas que logre consolidar este tecnología, sino que también exige que todos los actores que están vinculados a la electromovilidad en Chile asuman el desafío para ir generando confianza, seguridad y planificación de la infraestructura eléctrica deseada que influyan para un buen desarrollo de esta revolución tecnológica. Paralelamente, es muy importante seguir avanzando con premura en la disponibilidad e interoperabilidad de estaciones de carga, y principalmente, en el desarrollo de proyectos de investigación y fomento del capital humano en materia de movilidad eléctrica, en donde existe un gran retraso.

Sin embargo, dentro de este auspicioso escenario, las marcas automotrices jugarán un rol clave para cumplir esta meta dentro del ecosistema de la electromovilidad. Muchas ya han invertido en mayor tecnología en las baterías que permiten mejorar la autonomía y han mejorado notablemente la oferta de estos automóviles para acercarlos a la ciudadanía. Es por ello, que su próximo gran desafío es seguir trabajando fuertemente por fomentar la movilidad eléctrica en todos los segmentos de vehículos nuevos que se importen y vendan en el país, y así lograr que electrificación del transporte se masifique en todos los sectores productivos del país, y no quede sólo suscrito a esfuerzos aislados de empresas de logística, de carga o mineras.

En Chile, más del 36% del consumo de energía es utilizada por el sector transporte, la que en un 99% corresponde a fuentes fósiles importadas y contaminantes. De ahí nace la imperiosa necesidad de tomar medidas que apunten a genera una movilidad más limpia y que permita diseñar un país más sustentable. Aquí nos subimos al fenómeno de la electromovilidad. Ahora llegó el turno de las otras naciones de la región de alcanzar acuerdos y definiciones en esta materia.

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