El sector transporte se encuentra ante una etapa de profundos cambios, que se acentuarán en las próximas décadas. Las nuevas tecnologías, los retos medioambientales, y la concentración cada vez mayor de la población en grandes núcleos urbanos, están produciendo una transformación disruptiva en las políticas de movilidad.

El sistema de transportes español se encuentra entre los mejores del mundo. Somos el país europeo con más kilómetros de vías de alta capacidad, y también líderes europeos en alta velocidad, ocupando el segundo puesto a nivel mundial, sólo por detrás de China. Dado el avanzado grado de desarrollo de nuestras infraestructuras, desde el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA), debemos ahora centrarnos en optimizar su uso, proporcionando soluciones reales a la movilidad de los ciudadanos.

Nuestro nuevo papel va más allá de la mera provisión de infraestructuras -que en ocasiones no están justificadas en términos de eficiencia y rentabilidad social-, evolucionando a planificar la movilidad en su conjunto, para que nuestro legado sea un sistema de transportes seguro, sostenible y conectado para las generaciones futuras.

Aunque el futuro es incierto, observamos ciertas tendencias en movilidad. La movilidad del futuro supondrá el abandono progresivo de los combustibles fósiles para dar paso a vehículos eléctricos, que además serán conectados y autónomos. Los peatones y modos de transporte saludables recuperarán espacio hasta ahora conquistado por el automóvil.

La recopilación y análisis masivos de datos contribuirán a mejorar la planificación del transporte. Ya observamos como la “Movilidad como Servicio” (MaaS) se implanta en nuestras vidas y avanza a gran velocidad.

El transporte público y colectivo serán la base del sistema de transportes, complementados por el transporte compartido, y se trabajará para garantizar la accesibilidad universal y la movilidad en todo el territorio.

El transporte de mercancías y la logística se automatizarán, convirtiéndose en más eficientes, e incorporando paulatinamente mejoras tecnológicas, como la introducción de los drones.

Las nuevas tecnologías redundarán en la mejora de la seguridad y en un planeta más limpio. La conservación y mantenimiento adquirirán un papel primordial, una vez ya se disponen de unos sistemas de transporte del máximo nivel. Hábitos recientes que afectan a la movilidad, como el teletrabajo y el e-commerce, serán parte fundamental de la movilidad del futuro.

Los distintos países estarán cada vez más interconectados, y se mejorará la intermodalidad nacional e internacional, tanto de viajeros como de mercancías. Se aumentarán la transparencia y participación de los ciudadanos en las políticas de movilidad, y se adaptarán las titulaciones a las nuevas necesidades de la sociedad.

Se mejorarán la ciberseguridad y la seguridad contra actos ilícitos. Las políticas de movilidad no se podrán concebir de forma unilateral, sino que necesariamente estarán coordinadas con políticas energéticas, industriales, urbanísticas, sociales, medioambientales, de innovación, etc. y con las distintas administraciones públicas y actores implicados.

Esta movilidad del futuro la estamos construyendo ahora. Más aún en este momento, pues la reciente pandemia del Covid-19 ha resaltado la importancia de disponer un sistema de transportes resiliente, seguro, sostenible y conectado.

Estamos, por tanto, ante un momento crucial para que el MITMA lidere el debate necesario para alcanzar esa movilidad del futuro de forma segura, sostenible y conectada.

Por ello, el MITMA ha desarrollado es.movilidad, la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada, con un horizonte 2030. La Estrategia de Movilidad se basa en compromisos internacionales, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y el Acuerdo de París, así como en los principios del Pacto Verde Europeo.

La Estrategia además está alineada con las políticas del Gobierno, como son la Agenda del Cambio, la Agenda Urbana Española, el Reto Demográfico y el Marco Estratégico de Energía y Clima.

La Estrategia de Movilidad se desarrolla a través de 9 ejes estratégicos, que se componen de más de 40 líneas de actuación con más de 150 medidas concretas. La Estrategia se presenta con el formato de un “Documento para Debate”, como base para entablar un verdadero debate con toda la sociedad.

Sólo desde la participación y colaboración de todos los agentes implicados en el ecosistema de la movilidad, empezando por los ciudadanos que deben ser el centro de nuestras actuaciones, podremos encontrar soluciones a los retos de la movilidad del futuro.

Además, dada la creciente relación entre políticas sectoriales (transporte, energía, urbanismo, industria, telecomunicaciones, fiscalidad, territorio, etc.), y las distintas Administraciones competentes en la materia, el MITMA por sí sólo no puede dar respuesta a los retos de la movilidad, aunque sí podemos liderar el debate y ser catalizadores del cambio.

Esta movilidad necesita la coordinación y cooperación de todas las Administraciones, y de todos los departamentos ministeriales afectados.

Además de con administraciones y ciudadanos, el debate debe producirse también con los distintos sectores de interés (sector privado, academia, sindicatos, asociaciones, etc.).

Es también un momento crucial para ellos, para nuestro tejido productivo y nuestras empresas y para fomentar la innovación en España. España dispone de una red de infraestructuras excelente, tanto física como digital, nuestras empresas constructoras se encuentran entre las mayores del mundo, tenemos una posición líder en ensamblaje y componentes de automoción y en el lanzamiento del 5G, así como de un tejido competitivo de empresas en el sector de máquina-herramienta, productos del acero, químico, y equipamientos móviles, entre otros.

También contamos con ciudades líderes en el proceso de transformación medioambiental y digital. Debemos apoyar a nuestras empresas, para que sean capaces de aprovechar el gran potencial económico que presenta la movilidad del futuro, y ser parte influyente de las soluciones a nivel global.

La Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030 o es.movilidad, en suma, se anticipa a las necesidades reales de movilidad, y lo hace marcando el camino que nos llevará, en el presente y en los próximos diez años, a lograr esta movilidad del futuro.

La Estrategia incluye también la redacción de la Ley de Movilidad Sostenible y Financiación del Transporte Urbano, para aquellos aspectos que requieran regulación normativa.