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viernes 18 de marzo de 2022
Opinión: El poder y la libertad que proporciona la ruta a Net Zero
Nigel Topping High Level Climate Action Champion de Gran Bretaña para la COP26.
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Un mundo impulsado por los hidrocarburos es un mundo impulsado por más conflictos. La adopción de la Declaración de Versalles, en la que los Estados miembros de la UE pidieron a la Comisión que preparara un plan detallado para finales de mayo para reducir la dependencia del gas, es una señal de que esta crisis puede y debe acelerar la marcha, y en ningún caso descarrilarla, hacia una energía menos costosa, más segura y limpia.

Aunque la ruta trazada hacia el reemplazo de los combustibles fósiles por energías renovables es bien conocida, hay quienes han sentido que la visión se nublaba con los recientes llamados de algunos de aumentar la exploración y producción de petróleo y gas para compensar el vacío dejado por Rusia. Estos llamados confunden una respuesta política a corto plazo con los cambios estructurales que actualmente impulsan la dirección de un viaje a largo plazo.

Como ha dejado claro la Agencia Internacional de la Energía, las respuestas a la crisis energética emergente no necesitan, y de hecho no deben, comprometer nuestros objetivos climáticos internacionales. Esto significa que no habrá nuevas actividades de exploración y desarrollo de petróleo y gas este siglo.

El secretario general de la ONU y los líderes empresariales se han hecho eco de esto en repetidas ocasiones, manifestando su apoyo al rápido aumento de las energías renovables, la eficiencia energética y la electrificación como la mejor manera de aumentar la seguridad y la independencia energética en la UE y en todo el mundo.

Debido el fuerte impacto que ha tenido el aislamiento de Rusia en los suministros de carbón, petróleo y gas (particularmente en Europa y Occidente), los líderes deben duplicar sus esfuerzos para impulsar la transformación de la energía verde. Resistir los peligrosos cantos de sirena por una rápida “solución” de combustibles fósiles, nacionales o extranjeros, es un deber que tienen con la gente ya que esta solución simplemente enmascara y prolonga la crisis energética que finalmente causa dolor a las familias, los hogares y al planeta.

Los impactos de la actual crisis energética no se limitarán solo a Europa. El conflicto en Ucrania es el más reciente de una serie de crisis en cascada que tienen un profundo impacto en las aspiraciones de desarrollo y las desigualdades de las geografías de todo el mundo. Los aumentos en los precios de la gasolina ya se están sintiendo en lugares como Kenia y en los Pequeños estados insulares en desarrollo, (SIDS de sus siglas en inglés Small Island Developing States), expuestos al clima, muchos de los cuales dependen completamente de las importaciones de combustibles fósiles.

La primera y mejor manera de reducir las facturas de energía y mejorar la seguridad energética es usar menos energía: debemos aprender de la respuesta de Japón a Fukushima en 2011 y del Reino Unido en la crisis energética de la década de 1970, y reducir el consumo de energía.

Hoy en día, muchas de nuestras casas tienen fugas y corrientes de aire que desperdician casi dos tercios de la energía que pagamos. Imagine el potencial que existe para reducir las cuentas de servicios básicos para siempre, garantizar hogares con ambientes cálidos en invierno para adultos mayores y crear millones de trabajos decentes en todo el mundo invirtiendo en la modernización de la eficiencia de los edificios. Es una obviedad.

Al mismo tiempo, debemos acelerar el cambio hacia la energía renovable y sin emisiones de carbono. Esto beneficia a la economía porque:

•   Es más económico: las energías renovables son la forma más barata de generación eléctrica en la historia, incluso ahora es competitiva contra los combustibles fósiles en casi todo el planeta.

•   Es más seguro: somos dueños de la energía y eso reduce nuestra dependencia de gobiernos extranjeros y protege a los consumidores de las dolorosas fluctuaciones de precios en los mercados internacionales.

•   Escala con mayor rapidez: La construcción de nueva infraestructura de combustibles fósiles es más lenta que la instalación de capacidad renovable. Un nuevo pozo de petróleo en promedio se desarrolla en 28 años, comparado a dos años para desarrollar una granja solar.

•   Es más saludable: Al revertir la capa de contaminación que está matando a millones de niños y adultos en todo el mundo.

•   Crea más empleos: Los empleos en energías renovables se quintuplicarán, de 4,4 millones hoy a 22 millones para 2050, mientras que los empleos en el sector de los combustibles fósiles, en ese mismo período de tiempo, caerán de 12,6 millones a 3,1 millones.

•   Y, por, sobre todo, es más ecológico: reduce las emisiones de energía sucia que causan la contaminación del aire y provocan el cambio climático.

El camino a seguir es claro: sabemos cómo hacer la transición y algunos países ya están mostrando un liderazgo considerable. Marruecos y Egipto están ampliando rápidamente su capacidad de energía renovable y mostrando cómo la colaboración con otros países puede ayudar a todos a llegar más lejos y más rápido juntos.

El Interconector EuroAfrica proporciona 2000 MW de electricidad entre Egipto, Chipre, Grecia y Europa, lo que representa una «carretera eléctrica» que conecta las redes eléctricas nacionales de Egipto, Chipre y Grecia a través de un cable HVDC submarino de 1396 km.

Mientras tanto, el proyecto de energía Xlinks entre Marruecos y el Reino Unido será una nueva instalación de generación de electricidad alimentada completamente por energía solar y eólica combinada con una instalación de almacenamiento de baterías. Ubicado en la región rica en energía renovable de Marruecos de Guelmim Oued Noun, cubrirá un área aproximada de 1500 km2 y estará conectado exclusivamente al Reino Unido a través de 3800 km de cables submarinos HVDC.

El proyecto también está facilitando una transición justa mediante la creación de casi 10.000 puestos de trabajo durante la construcción en la región, al mismo tiempo que crea puestos de trabajo asociados en el Reino Unido a través de conectores de energía submarinos.

Estos son solo algunos ejemplos de las herramientas que ya tenemos para hacer la transición a un mundo que depende de combustibles renovables limpios, flexibles, distribuidos ampliamente e ilimitados como el sol, el viento y las mareas. Un mundo de mayor independencia energética y acceso a fuentes de energía asequibles.

Este es el momento de redoblar la carrera mundial hacia las emisiones cero y la resiliencia sistémica a los impactos del cambio climático. Es el momento de alejarse de los combustibles fósiles, costosos, volátiles y generadores de conflictos, y avanzar hacia un sistema de energía limpia, más económica, justa y estable.

Si respondemos adecuadamente a las exigencias que impone la crisis climática y la crisis energética, podremos avanzar hasta en una década, en la forma en que consumimos y producimos energía.

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