La urgencia por reducir el impacto medio ambiental de diferentes industrias en el mundo empezó a ser prioridad, por lo menos, hace dos décadas atrás; y la industria automotriz ha sido, quizás, una de las más llamadas a implementar nuevas tecnologías amigables con el planeta, acelerando el despliegue de la movilidad eléctrica que tendrá un rol protagónico en la transición energética.

Según el último reporte del Banco Mundial sobre movilidad; para 2030, el tráfico anual de pasajeros aumentará en 50%, los volúmenes de carga globales en 70% y 1,200 millones de automóviles adicionales estarán en las carreteras para 2050. Esto marca el inicio de la electrificación como la solución sostenible para la movilidad y para el mundo.

En ese sentido, el Ministerio de Energía y Minas de Perú (MINEM) aprobó durante el 2020, una serie de disposiciones que garantizan una óptima infraestructura de recarga y suministro de energía para la movilidad eléctrica a futuro en el país. Lo que se pretende con esta regulación es facilitar la instalación de puntos de recarga para propietarios de estos vehículos, ya sean en los hogares, en los lugares de trabajo o en estacionamientos privados, así como infraestructura en espacios públicos.

Asimismo, durante el 2019, la regulación también eximió del pago del ISC (impuesto selectivo al consumo) a los coches eléctricos e híbridos, lo que ha incentivado la adquisición de vehículos más eficientes y menos contaminantes que los convencionales. Por otro lado, es de relevante la publicación por parte de la Autoridad del Transporte Urbano de Lima y Callao (ATU) de las especificaciones técnicas del Bus Patron Eléctrico abriendo el camino a la electrificación del transporte público en la capital.

Teniendo como referente la voluntad del Gobierno peruano hacia promover la movilidad eléctrica sumando cada vez más incentivos, el llamado al sector privado es con el objetivo de acelerar tecnologías que hagan de la movilidad eléctrica un recurso no sólo eficiente, sino desarrollado en nuevos vehículos tales como camiones, aviones y botes eléctricos, los cuales ya se encuentran en fase experimental.

Si bien hoy en día el costo de adquisición sobre un auto eléctrico puede percibirse elevado, es necesario considerar que a nivel de costos operativos son muy competitivos, en razón a que los costos de mantenimiento son mucho más bajos que los de un vehículo con motor a combustión, dado a que el auto  con motor eléctrico tiene 90% menos componentes que el de combustión; igualmente el costo de la electricidad  es un 70% aproximadamente, más bajo que el costo del combustible de un vehículo  que utiliza diésel como combustible  todo esto sin considerar que en el largo plazo se espera una reducción del  costo de la electricidad debido al incremento de renovables de bajo costo en la matriz de generación. Por otro lado, el vehículo eléctrico no suele presentar problemas respecto a la fricción, temperatura y desgaste, problemas usuales en los autos convencionales.

Por último, me gustaría referirme al más reciente informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) donde se afirma que, en 27 de los 33 países de América Latina y el Caribe, ya se ha priorizado el transporte como un elemento central para alcanzar las metas de reducción de emisiones estipuladas en el Acuerdo de París de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Es así, como el transporte público urbano sigue siendo prioritario en los planes de movilidad de la región y se deben fijar incentivos y metas a corto y mediano plazo para fomentar la venta de vehículos eléctricos con una infraestructura óptima para que la movilidad eléctrica sea una realidad tal y como hemos venido avanzando en Perú.

Mi llamado como representante de Enel X, entidad promotora de la movilidad eléctrica en el mundo, es para que aceptemos que esta tecnología ha llegado para quedarse y sin duda para marcar el futuro hacía un transporte más eficiente, amigable con el medio ambiente y sobre todo sostenible.