En nuestra primera columna sobre ciudades inteligentes y vehículos eléctricos nos propusimos hacer un repaso sobre algunos de los desafíos que según nuestro entender son centrales a la hora de pensar y diseñar las ciudades en las que viviremos y trabajaremos en los años venideros.

A simple modo de repaso dijimos que las ciudades del futuro requieren de soluciones en movilidad y energía que sean sustentables, seguras, inclusivas e integrada con las necesidades y demandas de los ciudadanos. Y en este marco destacamos que los vehículos eléctricos son parte de la solución hacia un nuevo concepto movilidad y hacia ciudades más limpias.

De hecho la solución no debe limitarse solo a promover el uso de vehículos eléctricos, sino en construir un sistema de transporte sustentable.

Proponemos ahora analizar qué se encuentra haciendo el mundo, y en particular nuestra región, para llevar adelante esta trasformación revolucionaria del transporte, la movilidad y el sector energético.

A).- Promover las electrificaciones de flotas de vehículos tales como taxis, entregas de última milla, el transporte colaborativo o compartido y el transporte público son vitales, pues ello tiene un gran impacto en el sistema global de transporte por el alto volumen de personas que movilizan.

En este sentido, y como parte de su plan de sustentabilidad el departamento de policía de Los Angeles, California, incorporó 260 vehículos eléctricos a su flota. La infraestructura de carga se encuentra integrada con la generación de energía solar. Además, toda la flota local de vehículos municipales deberá ser eléctrica para 2028.

Desde 2018 la Dirección de transporte de Londres exige que todo nuevo taxi que se incorpore al servicio debe ser eléctrico o libre de emisiones. Para el año 2020 se proyectaba ya alcanzar 300 puntos de cargas destinados a estos vehículos y hacia 2032 no se admitirán vehículos diésel en la ciudad.

En Copenhage todos los vehículos de la flota municipal deben ser eléctricos o de hidrogeno. Esta ciudad es además una de las ciudades europeas con mayor cantidad de ciclovias.

Abordando iniciativas en LATAM, vemos que Uruguay apunta a que el 10% de su flota de taxis sea eléctrica; para ello se les otorgan numerosos beneficios impositivos a sus propietarios así como la creación de una red de infraestructura para la recarga de sus baterías.

Chile está tratando de reducir la emisión de gases que afectan su aire y entre sus iniciativas se destaca que Gobierno apunta a convertir los 22.400 taxis de Santiago a vehículos a batería.

En Colombia tanto Bogotá y Medellín cuentan con proyectos de taxis eléctricos.

B) Priorizar el uso de trasporte de pasajeros, es otro de los elementos esenciales que destacamos como pilar para el diseño de las ciudades del futuro.

El proyecto chileno para reducir la emisión de gases incluye tabién electrificar completamente el transporte público en todas las ciudades chilenas para 2040 (y convertirse en carbono neutral para 2050). Este proceso está ya en marcha, la ciudad de Santiago cuenta con una flota de 800 buses eléctricos.

Bogotá aseguró la integración a su flota de 1.400 buses eléctricos.

San Pablo incorporó buses eléctricos a su flota, proyecto que incluye también la generación de energía limpia generada por granja de paneles solares.

En la Argentina hacia el año 2019 el Gobierno de la Provincia de Mendoza anunció la adquisición 18 autobuses eléctricos, que recorrerán las principales líneas de transporte masivo de la ciudad.

En al Ciudades Autónoma de Buenos Aires se iniciaron pruebas pilotos para la incorporación de Buses eléctricos a su sistema de transporte.

Sobre este punto una investigación realizada por especialistas de la Empresa Provincia de Energía de Córdoba (EPEC) denominada «Implementación de buses eléctricos en el sistema urbano de pasajeros de Córdoba», que mereció una mención en el  9º Congreso CIERTEC 2019 concluyó que «si se reemplazara la totalidad de colectivos de Córdoba, se disminuiría más del 50 por ciento del dióxido de carbono liberado, o sea 68 mil toneladas por año».

C) La irrupción de nuevas tecnologías y nuevos modelos de negocios permiten abordar cambios culturales y en los patrones de comportamiento en el uso del transporte y en las formas en que las personas se moverán por las ciudades del futuro.

Han surgido en este marco conceptos como “mobility as a servicie” (Maas) y el transporte de última milla. La ciudad de Dortmund (Alemania) ha otorgado benéficos no fiscales tales como el permiso extendido para ingresar a zonas céntricas a compañías de entregas de última milla para electrificar sus flotas.

La construcción de las ciudades del futuro se encuentra en marcha, y la movilidad eléctrica es un factor decisivo para asegurar un desarrollo urbano sustentable y amigable con el medio ambiente. El mundo transita ya este camino y nuestra región también se suma a la revolución del transporte, la movilidad y la energía.