Argentina | Opinión
lunes 03 de mayo de 2021
Opinión: Ciudades inteligentes y vehículos eléctricos, un viaje hacia el futuro – 1° parte
Nicolás Capello Director de Vulletic.
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El flagelo del cambio climático azota al planeta al tiempo que la calidad de nuestro aire empeora cada día.  Nuestra salud y la de nuestro ambiente se encuentran en una crisis sin precedentes.

Esto ha dado lugar a un revolucionario movimiento para hacer nuestras ciudades libres de carbono y así transformar la forma en que la gente vive, trabaja, y se desplaza cada día.

Trenes, metros y subtes han sido eléctricos por décadas. Sin embargo para que se alcancen cambios medioambientales trascendentes y de alto impacto es necesario que el trasporte terrestre siga esta tendencia y se sume a esta transformación.

Los vehículos eléctricos son parte de la solución hacia un nuevo concepto movilidad y hacia ciudades más limpias. De hecho la solución no debe limitarse solo a promover el uso de vehículos eléctricos, sino en construir un sistema de transporte sustentable.

Para 2050 se estipula que el 70% de la población mundial vivirá y trabajará en áreas urbanas. Desde hoy en adelante, las ciudades deben atravesar importantes cambios y trasformaciones para crear condiciones de vida sustentables para sus residentes.

En este marco y de la mando del avance de la ciencia y fundentemente de la tecnología ha surgido el concepto de “smart cities” o ciudades inteligentes.  Pero, ¿de qué se trata esta noción, qué características define a una ciudad como “inteligente”?

Por definición una “smart city” es aquella ciudad capaz de utilizar la tecnología de la información y comunicación (TIC) con el objetivo de crear mejores infraestructuras para los ciudadanos. Desde transporte público, pasando por ahorro energético, recolección de residuos, y hasta predicción de fenómenos naturales; es decir, una ciudad inteligente procura garantizar la sostenibilidad o eficiencia en todos sus aspectos

En este marco el transporte y la energía se constituyen en dos pilares centrales de esta transformación, y en ambos casos se requieren cambios radicales para acompañar el crecimiento demográfico, sin que ello incremente la congestión y la contaminación.

Las ciudades del futuro requieren de soluciones en movilidad y energía que sean sustentables, seguras, inclusivas e integrada con las necesidades y demandas de los ciudadanos.

Para llevar adelante esta transformación revolucionara del transporte y de la movilidad se deben tener en cuenta una seria de elementos que son centrales a la hora de planificar una estrategia que permita alcanzar una movilidad que sea amigable con el ambiente en el que convivimos. Proponemos a continuación algunos lineamientos, que sin pretender agotar el tema, nos parecen son centrales al abordar este tema:

a) Tener en cuentas las características del mercado:

La integración entre movilidad eléctrica y sistemas eléctricos está emergiendo, y como consecuencia la recarga de vehículos eléctricos puede generar inconvenientes e inestabilidades en las redes eléctricas y reducir con ello los beneficios de la electrificación.

Por ello cualquier programa de inversiones y el diseño de la infraestructura eléctrica que acompañe el crecimiento del uso de vehículos eléctricos debe tener en cuenta la realidad específica de cada ciudad o región; específicamente se debe poner foco en la infraestructura urbana disponible, el sistema eléctrico y sus características como así también en los patrones de conducta y la cultura del transporte.

b) Priorizar el uso de trasporte de pasajeros:

El énfasis de esta transformación debe estar en promover las electrificaciones de flotas de vehículos tales como taxis, entregas de última milla, el transporte colaborativo o compartido y el transporte público, pues ello tiene un gran impacto en el sistema global de transporte por el alto volumen de personas que movilizan.

c) Generación de centralizada y energías renovables.

Los sistemas eléctricos deben crecer en forma conjunta y al ritmo que se desarrolla la electrificación del transporte para evitar saturaciones o inconsistencias. La generación distribuida o descentralizada, el uso de energías renovables, y el uso de redes inteligentes son herramientas que contribuyen a alcanzar estos objetivos.

En este contexto la electrificación del transporte combinada con el uso de energías limpias reducen significativamente las emisiones, mejorando la calidad del aire y beneficiando la salud, reduciendo la huella medioambiental.

Por su parte los sistemas de carga inteligentes crearan mayor flexibilidad en el sistema eléctrico, potenciando la estabilidad del mismo y optimizando el uso de la capacidad instalada.

d) Reducción de costos de baterías y vehículos: los vehículos eléctricos serán más accesible en el futuro, cuando el costo de las baterías decrezcan. A su vez los sistemas de carga inteligente reducirán los costos de la recarga. En definitiva el uso de vehículos eléctricos será económicamente más viable que los tradicionales vehículos a combustión.

e) El rol del sector público:

La electrificación del transporte es uno de los pilares fundamentales en el desarrollo de políticas públicas tendientes a lograr ciudades sustentables.

Algunas decisiones gubernamentales han procurado fomentar el uso de vehículos eléctricos por medio de la concesión de beneficios fiscales y parafiscales (acceso prioritario a carreteras, estacionamientos o energía gratuita) o penalizando el uso de vehículos con emisiones. Estos incentivos se basan en el potencial de los víchelo cero emisiones para reducir la presencia de gases contaminantes en el ambiente.

Noruega, Francia, Alemania, el Reino Unido, Japon y ciudades como Atenas o incluso México han anunciado planes para ser libre de vehículos contaminantes en 2030 o incluso antes. Según el proyecto de ley de movilidad sustentable presentado por el Poder Ejecutivo Nacional, la Argentina prohibirá la fabricación de vehículos a combustión desde 2041.

f) Desarrollo de la infraestructura de carga.

La carga local (ya sea en hogares o en lugares de trabajo) y la que se efectúa en puntos de destino (hoteles, centros comércialas, parkings) constituyen la primera etapa en el desarrollo de infraestructura de carga. Máxime teniendo presente que los vehículos eléctricos no se usan solo para la movilidad personal, sino también de mercaderías, siendo de uso cada vez más común en el desplazamiento de última milla. Por ello, garantizar a los usuarios de vehículos eléctricos su libre desplazamiento y el uso sin restricciones de estos vehículos devienen en puntos centrales para fortalecer su uso.

Concretamente en lo que hace a la infraestructura de carga existe una pregunta común en la población ¿podrá el sistema eléctrico soportar el creciente uso de autos eléctricos?. Por ello y tal como ya lo enunciamos anteriormente, el diseño de la infraestructura de carga debe prestar especial atención a las características propias de cada ciudad o región, atendiendo a las necesidades de cada una de ellas.

El uso de energías renovables, la generación descentralizada y el uso de redes inteligentes contribuyen también a descomprimir la demanda de energía que se efectúa hacia la red.

A este primer estadio debe proseguirle el desarrollo de centrales (hub) de carga localizada en lugares estratégicos que permitan abastecer una recarga rápida a  los vehículos eléctricos  en carreteras o autopistas para asegurar el tránsito de largas distancias. Pero nuevamente cada solución debe adaptarse a las características del lugar, no existen soluciones universales que den respuesta a todos los casos.

g) Integración con redes inteligentes, nuevas tecnologías y nuevos modelos de negocios:

El devenir de nuevas tecnologías aporta soluciones innovadoras a las demandas que presentan la movilidad del futuro.  Repasemos algunas de ellas:

Recarga inteligente: la recarga inteligente consiste en controlar la potencia de carga para combinarla con la capacidad de la red evitando picos en la demanda.

– Vehicule to grid (V2G:  El sistema permite que las baterías de los vehículos funcionen en dos direcciones. Cuando el vehículo está en marcha, la batería suministra energía al mismo. Cuando está parado, la energía se redirige a la red eléctrica.

Integración con edificios inteligentes: Los edificios inteligentes pueden incorporar sistemas de mediciones de consumo en tiempo real para optimizar el uso de la energía, redistribuyendo la energía excedente en aquellos horarios de menor demanda hacia la carga de EV. Pueden beneficiarse además del uso de energías renovables, como paneles solares para potenciar la eficiencia energética.

-Maas (mobility as a servicie): la irrupción de nuevos modelos de negocios es otra característica de esa revolución. Así ha surgido la noción de “mobility as a servicie”, es decir la integración de varias formas de transporte en un único servicio de movilidad accesible bajo demanda. Un operador de MaaS ofrece un conjunto de opciones de movilidad como ser autobús, metro u operadores privados, como viajes privados, taxis, viajes compartidos, en una plataforma y los presenta en una única interfaz para los usuarios.

A esta altura de nuestro recorrido por las ciudades y la movilidad del futuro no nos cabe duda alguna que un cambio de paradigmas sin precedente en el transporte, la movilidad y el sector energético se encuentra en curso. Este fenómeno plante una serie de desafíos en distintas esferas que hemos tratado de plasmar en esta columna y que sintetizamos a continuación:

– Las ciudades del futuro requieren de soluciones en movilidad y energía que sean sustentables, seguras, inclusivas e integrada con las necesidades y demandas de los ciudadanos.

-El sector  energético deberá agilizar los cambios que contribuyan hacia una generación de energías limpias, de mayor acceso y centradas en los usuarios y consumidores, mejorando su experiencia de uso. Precios dinámicos, y tarifas especiales para el uso y promoción de EV contribuirán a la proliferación de este tipo de movilidad.

– El sector referido a la movilidad tendrá que estar a la vanguardia de la transformación de patrones de conducta, desarrollando nuevos modelos de negocios basados en servicio y uso compartido, en lugar de propiedad y uso personal de vehículos.

– Las planificaciones urbanas deberán analizar el impacto de la generación, distribución eléctrica y el uso de vehículos eléctricos para definir la ubicación óptima de la infraestructura de carga de acceso público.

– La creación y el surgimiento de un ecosistema de movilidad eléctrica integrado por ámbitos gubernamentales, sector privado y organizaciones sin fines de lucro fortalecerán el desarrollo de todo el sector de la movilidad eléctrica en sus distintas aristas: infraestructura de carga, rediseño de espacios públicos y ciudades, replanteo de modelos de transporte y surgimiento de nuevos servicios, promoción de inversiones en nuevas tecnologías y desarrollo de nuevos vehículos.

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