La minería es una industria que consume grandes cantidades de energía y genera una gran cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero. Una forma de reducir las emisiones de la industria minera es mediante el uso de vehículos eléctricos para el transporte de personal.

Los buses eléctricos son una opción viable para este propósito, ya que tienen una menor huella de carbono y menores costos operativos en comparación con los vehículos a combustión. Además, los buses eléctricos no emiten gases de escape ni ruido, lo que contribuye a una mejor calidad del aire y un ambiente de trabajo más seguro.

Sin embargo, para que los buses eléctricos sean una opción realmente viable, es necesario construir electro terminales para cargarlos con energía -esto se debe a que hoy no hay un modelo de negocios implementado de terminales de carga propiamente tal, por lo que estos se consideran unidos al proyecto de reemplazo de flota-.

Estas estaciones de carga, cuando se encuentran en las ciudades en lugar de faenas mineras, pueden ser sub-utilizadas en una instalación minera, pero pueden ser utilizadas adicionalmente por las comunidades cercanas, lo que ayudaría a aumentar la adopción de vehículos eléctricos en estas áreas.

Aunque los buses eléctricos y las electroterminales presentan muchos beneficios, también existen desafíos en su implementación. Algunos de estos desafíos incluyen el alto costo inicial de adquisición y construcción de los vehículos y las estaciones de carga, la disponibilidad limitada de infraestructura de carga en áreas remotas, y la necesidad de desarrollar una red de servicios y soporte técnico para mantener y reparar los vehículos.

En conclusión, el uso de buses eléctricos para el transporte de personal en minería es viable debido a su menor huella de carbono y menores costos operativos, así como la posibilidad de construir electroterminales que pueden ser utilizados por las comunidades.

Sin embargo, también existen desafíos en su implementación que deben ser superados para asegurar una transición exitosa.

La minería, al implementar este tipo de proyectos, podría contribuir significativamente en la reducción de emisiones, transferir nuevos conocimientos a la localidad y aumentar la incorporación de vehículos eléctricos en las comunidades, mejorando su sostenibilidad y atractivo para los stakeholders.

¿Cómo podemos superar estos desafíos? En Enérgica City, creemos que la clave está en la tecnología y la gestión del cambio que lleven a cabo las organizaciones en conjunto con las comunidades locales.