Desde vehículos comerciales, camionetas hasta van eléctricas y buses, los eléctricos se están tomando el mercado. Eso es lo que hemos podido presenciar en Enérgica City realizando proyectos de electrificación de flotas y diseño de infraestructura de recarga.

La electrificación es el proceso en el cual una empresa define migrar su flota desde combustión para transformarlos en eléctricos y para lograrlo, busca empresas que desarrollen el proyecto integral y puedan determinar cuándo y cómo se realice esto, ya que los vehículos de trabajo han aumentado y también los kilómetros recorridos, además de la consideración de variables medioambientales e imagen corporativa.

Es por lo anterior que las empresas se han atrevido cada vez más a incorporar este tipo de tecnología a sus flotas.

¿Pero a qué paso está avanzando esta transición?

Lo que hemos visto en Enérgica City es que muchas veces el primer gancho son las variables medioambientales y la estrategia de “no quedarse atrás” lo que ha hecho que las compañías hagan un primer acercamiento, pero luego ya operando se dan cuenta de que existen un sinfín de otros beneficios.

Estos son:

• Imagen corporativa: más responsables y amigables con el medio ambiente, pero también más tecnológicos y a la vanguardia.
• Ahorro en costo de mantenimiento: El mantenimiento preventivo como el correctivo de los vehículos eléctricos es reducido y esto se debe a que tienen una tasa de falla mucho menor que sus contrapartes a combustión además de poseer menos piezas móviles.
• Ahorro en la operación: especialmente con el aumento del precio de los combustibles la diferencia es abismante, el auto, la van o el bus eléctrico gastan mucho menos por kilómetro recorrido.
• Placer al conducir: menos ruido, menos vibraciones, mayores comodidades (freno regenerativo, muchas veces menos cambios y más inteligencia) y menos aire sucio para sus conductores es lo que hace que para ellos sea una experiencia de conducción totalmente diferente que afecta positivamente su desempeño y satisfacción laboral.
• Seguridad: los vehículos eléctricos deben cumplir con todas las normas de seguridad de su contraparte a combustión pero tienen otros “plus” como menor ruido que permite escuchar mejor el entorno, generalmente son automáticos y más simples de conducir y por último al no tener tubo de escape pueden sobrellevar aún mejor algunas situaciones como conducir por un paso inundado por la lluvia o en altura.

La electromovilidad avanza a un paso lento y creemos que una de las causas es que las empresas no conocen todos estos beneficios con certeza sino hasta la adquisición de su primer vehículo, muchas veces en modalidad de piloto.

Es por lo anterior, que como Enérgica City hemos tenido muy buenas experiencias desarrollando este tipo de proyectos en grandes empresas, apoyándolos en esta transición desde evaluar los beneficios sociales y económicos que se adapten a su tipo de negocio y comportamiento de flotas, sin modificar la operación ya que siempre es importante permitir que los conductores operen con regularidad y eficientemente.