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viernes 04 de marzo de 2022
Ni diésel ni gas: Por grandes ahorros ciudades de Latinoamérica prefieren buses eléctricos
Luego de los análisis correspondientes, ciudades como Santiago, Medellín y Bogotá encontraron considerables beneficios económicos en la adopción de unidades eléctricas, anteponiéndolas con otras tecnologías. Algunos números que reflejan este rendimiento, a continuación.
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Después de China, los dos países con flotas de buses eléctricos más imponentes son Chile y Colombia, ejemplos reconocidos a nivel mundial que, tras comparar los costos totales de propiedad (TCO) entre unidades de gas, diésel y eléctricos, terminaron optando por aquellas cero emisiones. 

De hecho, hoy organizaciones internacionales que trabajan a la par de Gobiernos locales para el desarrollo de un transporte público limpio, como el C40, no conciben otra tecnología que no sea la eléctrica, en especial, por los ahorros que permite a largo plazo. 

“Los buses eléctricos posibilitan un TCO mucho menor, gracias al costo de energía y almacenamiento, comparados al diésel y al gas”, advierte Thomas Maltese, gerente del programa ZEBRA, en diálogo con Portal Movilidad durante el ciclo de entrevistas Personalidades

Y agrega: “No vemos mucho espacio para otras tecnologías porque los beneficios de los eléctricos ya están comprobados, además de que reducen completamente los gases contaminantes y las emisiones de carbono”.

En ese sentido, menciona a las tres ciudades latinoamericanas que, gracias al modelo de negocios adoptado de leasing, destacan por sus flotas eléctricas y proyectan sumar aún más de estos buses a sus filas. Al mismo tiempo, conserva buenas expectativas para el futuro de San Pablo y Ciudad de México. 

Una es el caso de Santiago, Chile, donde los costos de energía de los eléctricos son un 75% más baratos que los de diésel, mientras que los de mantenimiento son un 37% más económicos. 

De esta manera, permiten un TCO menor que los diésel, oscilando en una diferencia de entre un 20% y un 40%. 

No sorprende entonces que las autoridades públicas se hayan enfocado con tanto interés en este tipo de transporte. 

En la actualidad, un total de cinco concursos para la incorporación de buses eléctricos son los que planteó el Gobierno, que en los primeros días de marzo dejará su paso a la siguiente administración.

En lo que respecta a Medellín, donde las flotas también son a gas, ocurrió una situación similar. Los eléctricos, en este caso, llevan costos operativos y de mantenimiento que son respectivamente un 25% y un 55% menores que los de GNC.

Por último, en Bogotá, algunos cálculos realizados por el director regional del C40, Manuel Olivera, demostraron que en promedio los buses eléctricos adjudicados en la última licitación tienen un TCO 5% inferior a aquellos a gas.

Tal fue la conveniencia que encontraron en la flota cero emisiones, que la capital colombiana se comprometió a dejar de comprar unidades impulsadas por combustibles fósiles a partir de este año. 

“Ese es el liderazgo que empezamos a ver en América Latina”, destaca y concluye Maltese al respecto. 

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