Tras su anuncio en febrero de instalarse en Uruguay, Lupa avanza con su proyecto de fábrica en el país latinoamericano, donde aseguró que tiene previsto producir 15 mil vehículos eléctricos anuales de precios accesibles, aunque iniciará con cuatro o cinco mil unidades a partir de 2024. Además, trabaja en un plan de producción de furgonetas de última milla. 

“Vamos a enfocar la producción en vehículos de pasajeros, segmento que entendemos tiene buenas posibilidades de éxito dado que el transporte de personas y las flotas de aplicaciones son cada vez más demandados”, afirma Pablo Revetria, socio local de la compañía, durante el Especial Movilidad Eléctrica en Latinoamérica y Caribe organizado por Portal Movilidad. 

Y agrega: “Queremos tener un vehículo que no compita con los baratos, sino que apunte hacia adelante. El lanzamiento va a ser con el cumplimiento 100% de las normas europeas, lo que da la pauta del tipo de equipamiento que va a tener”. 

Según Revetria, el precio que proyectan es “alcanzable” más allá que la fabricación de este tipo de autos aún no ha escalado a los niveles de aquellos de combustión interna, lo que permitiría una reducción de costos.

En cuanto a la calidad del vehículo, el empresario asegura que serán los mismos vehículos los que se producirán en Barcelona y en Uruguay. Al respecto, advierte: “Eso con algunas marcas con productos low cost no sucede, por lo que terminamos comprando lo que nos quieren ofrecer y no lo que el consumidor necesita o quiere”.

En paralelo a la construcción de la fábrica, que comenzará en 2022, Lupa tendrá un programa de investigación y desarrollo que durará entre 24 y 30 meses que se ha decidido hacer junto al testeo de los vehículos en Uruguay. “Es algo que nos motiva mucho porque nunca se desarrolló un vehículo en Uruguay desde el inicio”, señala. 

Además de los autos para transporte de pasajeros, Lupa tiene en la mira el segmento de última milla, para el cual ya tiene diseñado un modelo, el E66, que cumple con las demandas de las empresas de logística relacionadas a facilidades como la conectividad 5G o la generación de big data para hacer entregas cada vez más eficientes.

“Vemos un nicho muy interesante ahí. La demanda de entrega ha crecido por la pandemia y las proyecciones del Foro Económico Mundial hablan de un crecimiento del 80% para 2030, lo que va a impactar en un incremento del 40% de los vehículos destinados a última milla”, indica.

Luego, cierra: “Hay una gran competencia en las empresas de logística por el servicio al cliente y apuntamos que este segmento sea un motor para la producción que pensamos hacer acá”.