En diálogo con Portal Movilidad, Gabriela Manríquez, coordinadora de Política Regulatoria del Gabinete Ministerial responde sobre cómo aborda el Gobierno las regulaciones actuales y futuras con impacto en la electromovilidad.

– ¿Cuáles son las herramientas que consideran más efectivas para que la política regulatoria pueda ir en sincronía con el avance del mercado?

Como Ministerio de Energía hemos tomado este desafío con gran responsabilidad. La movilidad eléctrica requiere una serie de factores que deben estar alineados para que la industria se desarrolle de manera segura, armónica y sostenible.

Existen diversas formas de hacer más efectiva la política regulatoria en sincronía con el avance del mercado. Entre ellas, una articulación y coordinación que permita que todos los actores participen de procesos de desarrollo regulatorio para abrir espacios, comprender sus particularidades y proyectar el crecimiento futuro.

Otro desafío importante es mantener actualizada la regulación en un entorno dinámico y cambiante, ya que la tecnología va evolucionando cada día.

– En este escenario, ¿qué rol cumple la regulación?

A la regulación la vemos como un factor habilitante para mercados de estas características. Por un lado, da certezas para la inversión y, por otro, permite establecer un marco de acción acorde con los objetivos de política pública que se persiguen.

En este caso es claro que no debemos perder de vista la carbono neutralidad al 2050, para lo cual no solo es necesario impulsar los vehículos eléctricos, si no asegurarnos de que los consumos sean eficientes y que los beneficios de la tecnología sean integrados en distintos niveles.

– Hoy, ¿sienten que están sincronizados o el mercado avanza más rápido que la regulación?

El desarrollo tecnológico normalmente es anterior al desarrollo normativo. Esto pasa con todas las tecnologías, no tan solo con la electromovilidad.

Lo importante es generar un marco habilitante para el desarrollo de nuevas industrias y contar con regulación lo suficientemente flexible para adaptarse a las nuevas oportunidades que abre la investigación y desarrollo.

-Las autoridades, ¿deben anticiparse o esperar a que el ecosistema fluya?

Como Ministerio de Energía es nuestro deber anticiparnos a las necesidades sistémicas propias de la masificación del transporte eléctrico. Por eso, hemos avanzado en la estandarización de componentes que favorezcan el desarrollo seguro, sostenible y eficiente de esta tecnología.

– ¿Cuáles son las condiciones necesarias para que una política regulatoria de electromovilidad sea exitosa?

Es importante entender el rol de la electromovilidad en un contexto más amplio, incluyendo los efectos que tiene la electrificación de los consumos y cómo su integración puede mejorar la calidad de vida de las personas. Esto permite que la política regulatoria de un área tan específica se convierta en una política de Estado.

En el caso de la electromovilidad, como en cualquier tecnología nueva cuya introducción es de interés público, la articulación entre distintos actores es muy relevante a la hora de fijar metas y exigencias. En este sentido, los equipos del Ministerio de Energía han trabajado en iniciativas que permiten la colaboración público-privada con miras a un objetivo común.

-Hoy, ¿están dadas estas condiciones en el país? ¿Por qué?

Actualmente tenemos un ecosistema de electromovilidad robusto, que incluye equipos técnicos y profesionales especializados, oferta de vehículos, infraestructura de carga, financiamiento y servicios, academia e investigación, difusión e información.

Los casos exitosos son replicados y hoy Chile es un referente a nivel internacional.