En la búsqueda por impulsar el hidrógeno verde en el transporte mexicano, el Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias (INEEL) encontró en el turismo una oportunidad para fomentar esta nueva tecnología.

De esta manera, Quintana Roo se convirtió en uno de los estados mexicanos seleccionados para desarrollar pilotos de vehículos utilitarios impulsados con hidrógeno verde. 

“Nuestro país tiene un gran potencial para la generación de hidrógeno verde a costos muy competitivos: 2 dólares cada kilogramo”, advierte Ulises Cano Castillo, coordinador de proyectos del instituto.

Y agrega: “La aplicación en el sector transporte siempre genera grandes oportunidades para poder replicar este tipo de proyectos en otros subsectores”.

El piloto en el que trabajan en la actualidad consta de dos o tres vehículos a hidrógeno. En el proyecto se incluyen, además, la producción y el despacho del combustible; y el desarrollo de logística e infraestructura para manejar esta tecnología desde el punto de vista de seguridad.

Los beneficios en el sector

Según Cano, en el foro “Energy Innovation Days: La energía del mañana”, de El Financiero, este tipo de planes en el turismo se encuentran motivados por distintas razones. En principio, se apunta a una industria que tiene mucha visibilidad para hacerla más limpia y sustentable.

“El uso de hidrógeno en vehículos tiene una eficiencia por arriba del 60%, a comparación con vehículos de combustión interna cuya eficiencia está por debajo del 30%”, señala el investigador.

Y agrega: “Estaremos desarrollando infraestructura y logística operativa cuantificando los beneficios tanto en términos ambientales y energéticos como también en los impactos a la salud”. 

Además, el proyecto permite una autonomía y un reabastecimiento muy bien identificados en regiones, como Quintana Roo, donde abundan los recursos naturales para la producción de hidrógeno verde.

En ese sentido, explica: “Estaríamos identificando las cadenas de valor asociadas a este tipo de tecnologías. Podríamos ir preparando el terreno para un desarrollo económico sustentable basado en tecnologías limpias y amigables con el ambiente”. 

Asimismo, es una aplicación lo suficientemente flexible como para poder replicarse en otro tipo de proyectos y transportes.

Los obstáculos en el país mexicano

Por último, Cano asegura que un problema que tiene la evolución de esta tecnología en el país es la falta de difusión y el desconocimiento. 

Según él, poca gente conoce el trabajo que realizan algunas instituciones. Un vínculo más estrecho podría resolver varias cuestiones decisivas como la falta de financiamiento. 

“En México los obstáculos tienen que ver con el puente necesario que hace falta entre instituciones que han desarrollado tecnología como INEEL y las empresas interesadas en estas oportunidades de negocio”, indica. 

Y cierra: “Quizás un poco de divulgación y acercamiento entre estos actores podría ser un gran inicio”.