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jueves 10 de marzo de 2022
Menos del 10% de los usuarios de vehículos rurales quiere un eléctrico en España
Solo uno de cada mil vehículos del ámbito rural es eléctrico en España, una cifra que es cuatro veces mayor en las zonas urbanas.
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Solo uno de cada mil vehículos del ámbito rural es eléctrico en España, una cifra que es cuatro veces mayor en las zonas urbanas, según el informe anual elaborado por el Observatorio de Descarbonización Rural desarrollado por la Asociación de Distribuidores de Energía Eléctrica (Cide).

Menos del 10 % de los usuarios de vehículos en el medio rural tiene intención de comprarse un vehículo eléctrico en los próximos 5 años, de acuerdo a los datos ofrecidos este miércoles.

Tampoco aumenta sensiblemente el porcentaje de usuarios de vehículos eléctricos en el medio rural que planean instalar un punto de recarga privado en el próximo lustro, solamente un 14 %.

En este sentido, los conductores de coches eléctricos prefieren usar los puntos de recarga públicos a los privados.

En el caso de las empresas del ámbito rural este dato se sitúa en el 64%, mientras que entre los hogares el mismo porcentaje se eleva al 83%.

Por comunidades autónomas, los asturianos son los que tienen menor intención de adquirir vehículos eléctricos en el medio rural, prácticamente ninguno.

Les siguen los habitantes de las zonas rurales de Cantabria y Castilla-La Mancha.

En el lado contrario figura Canarias, donde la intención de adquirir un vehículo eléctrico en el ámbito rural en los próximos cinco años roza el 20 %, ligeramente por encima del País Vasco y Baleares.

Cide destaca el envejecimiento de los vehículos en las zonas rurales, donde el 28 % de los turismos tienen más de 20 años y el 77 % más de una década.

Según Investing, el Observatorio considera que el ciclo de renovación del parque automovilístico está «a punto de comenzar» y considera que supondrá una ocasión «excelente» para la electrificación de los vehículos en estos territorios.

Además, alerta del «riesgo de aislamiento» que podría experimentar la población rural ante la falta de movilidad sostenible, un aspecto que podría suponer un «incremento de las desigualdades entre las zonas rurales y el resto de España».

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