Especialistas del Grupo Interdisciplinario de Ingeniería Electroquímica (GIIE) afirman que, además de la colocación de más puntos de carga, es necesario atender a tres dimensiones más para potenciar la utilización de vehículos eléctricos.

Ellos son la gestión de carga, formación en la manipulación de baterías y el segundo uso de las mismas.

“La batería tiene su vida útil hasta el 70 u 80% de su capacidad original. Luego va a tener otro uso. ¿De qué depende cuánto me va a durar? Cómo la use mientras se conduce y cómo la cargue. Esto es fundamental para hablar de garantías de las baterías”, afirma Erika Teliz, doctora en Química de la Facultad de Química (UdelaR) e integrante del grupo.

Y agrega: “El fabricante te dice “va a durar ocho años, si la cargas como yo te digo”, pero muchas veces no te dicen cómo”.

Dentro de este espacio académico, se aplica el conocimiento en electroquímica para el testeo y evaluación de baterías para empresas, así como también se lleva adelante ciencia básica para investigar cómo bajar costos y aumentar la autonomía de las baterías.

“Un ejemplo claro es trabajar a ciertas temperaturas porque las baterías a baja temperatura suelen rendir menos. También el peso y otras condiciones que afectan la salud de las baterías”, indica Teliz.

Luego, añade: “CUTCSA, por ejemplo, planteó un compromiso a 2040 para tener unidades 100% eléctricas. Eso implica que hay que independizarse de la caja negra que se lleva todo ese valor. Necesitamos que nos dejen abrir baterías y muchos fabricantes no nos lo permiten”.

En relación al segundo uso, desde el GIIE se plantea la necesidad de evaluar nuevos destinos para las baterías que hayan reducido su capacidad al 70% u 80%.

“El caso de Tesla es conocido: se hacen bancos de baterías donde se acumula energía de paneles solares. También hay otros, estudiar las posibilidad es importante”, expresa la especialista.

Por último, en materia de formación y generación de conocimiento, se expresa la necesidad de generar espacios académicos e incentivar a la investigación para contar con nuevos profesionales y formar a los que ya están trabajando.

En ese sentido, autoridades de la Universidad del Trabajo del Uruguay (UTU) afirman que se está impulsando un centro de capacitación eléctrica, que se suma a la propuesta académica del bachillerato en electromovilidad.

La formación en la institución se se basa en cinco dimensiones:

• Conducción.
• Instalación eléctrica.
• Gestión de carga.
• Capacitación para los talleristas.
• Emergencias y siniestros.