María Jara, presidenta de la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao, participó del 4° diálogo urbano al bicentenario en este caso sobre movilidad sostenible y electromovilidad donde asegura: “Para la ATU la electromovilidad es un eje esencial”.

“Partimos de una situación de grave contaminación ambiental”, sostiene y agrega que, en el servicio de transporte urbano, en su mayoría, las unidades son pequeñas. De ellos, el 30% superan los 15 años de antigüedad y el 89% se moviliza a partir del diésel.

En términos generales, destaca que la problemática de la congestión de las ciudades se debe al diseño de las ciudades hacia la utilización del vehículo particular que genera pérdida de tiempo, ruido, estrés e ineficiencia energética.

“Hay una mala calidad del sistema de transporte público por lo que es baja su accesibilidad”, afirma.

Y agrega: “No queremos producir gases que contribuyan con el cambio climático, por tal motivo establecemos reglas claras incluso para las inversiones. Trabajamos con los actores para tener propuestas de bus patrón eléctrico, a GNV y diésel, serán estandarizados en 9, 12, 18 y 27 metros”.

Los mismos contarían con sistema de ventilación y extractores para la renovación del aire, carrocería de aluminio resistente al fuego, sistema electrónico y de comunicaciones, preparados para instalación de un sistema de recaudo, GPS, cámaras, entre otras características.

Actualmente la propuesta de bus patrón eléctrico fue pre publicada y debatida con instituciones públicas, generadoras de energía e importadoras de vehículos.

“La meta es ambiciosa, pero se puede lograr”, expresa la presidenta de ATU.

Por caso, refiere: “Estamos listo para consensuar con los actores del aparato público para impulsar un marco normativo que realmente nos permita promover la electromovilidad. No es solo tener disposiciones que generen vocación de cambio, sino verdaderos incentivos que por ejemplo permita la instalación de puntos de carga de un régimen de usuario libre en electricidad para reducir las tarifas”.

Asimismo agrega que proponen la revisión del Reglamento Nacional de Vehículos para adecuar las características de los eléctricos e híbridos respecto peso- potencia; revisión de los modelos de negocio de vehículos y batería así como la incorporación de opciones como el arrendamiento operativo; reducción del IGV al 10% y suspensión del Impuesto al Patrimonio Vehicular, ambos por cinco años; criterios para priorizar el uso de energías limpias en la adquisición y/o licitaciones de flotas.

En ese sentido, rescata que la pandemia hizo que los peatones y ciclistas conquisten la ciudad presentando múltiples retos para planificar y adaptar las calles.

“Para ATU no es solo modificar cómo nos movemos en transporte público, estamos comprometidos con el cambio del concepto a movilidad sostenible. El espacio urbano debe ser una extensión de la casa de las personas”, menciona Jara.

Y continúa: “Debemos alcanzar que la movilidad sostenible sea viable, económicamente beneficiosa para los actores e inversionistas”.

En esa línea indica que para ello es fundamental diagramar la intermodalidad coordinando peatones, bicicletas, transporte público y cicloparqueaderos.

Por otro lado, la ATU trabaja en el chatarreo de los vehículos y comenzarán por las unidades vinculadas a los contratos de concesión de los corredores complementarios.

Tomando todos los ejes plantea: “Dentro de los principales retos se encuentra comunicar de manera efectiva, dialogas y consensuar con los skateholders y ayudar a visibilizar los beneficios y avances de las primeras medidas priorizadas”.