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jueves 10 de marzo de 2022
Madrid ultima el lanzamiento de nuevas autorizaciones para patinetes eléctricos
Madrid "va a sacar ahora" las nuevas autorizaciones para patinetes compartidos, meses después de que caducaran las que puso en marcha en 2019 el anterior equipo municipal.
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Madrid mueve ficha en la micromovilidad. El ayuntamiento de la capital está preparando un nuevo proceso de autorizaciones de patinetes compartidos que sustituirá por fin a las licencias otorgadas por la anterior alcaldesa, Manuela Carmena, en 2019, que caducaban en 2021 pero fueron prorrogadas, y de las que solo quedan menos de una decena de las 22 compañías que obtuvieron permiso.

«El Ayuntamiento de Madrid va a sacar ahora las autorizaciones de patinetes. Lo hacemos después de habernos reunido con las empresas y haber establecido junto a ellas cómo deben ser estas autorizaciones para establecer un marco en el que todos estamos razonablemente cómodos», ha desvelado el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante.

El responsable de movilidad del consistorio ha destacado que su objetivo es «que el ciudadano deje el vehículo privado en casa», una meta para la que el sharing de vehículos es «esencial» bajo su punto de vista.

Carabante no ha dado más detalles sobre las características de estas autorizaciones, lo que requerirá a las empresas que opten a situar patinetes en Madrid en cuanto a requisitos técnicos, el número de operadores que se autorizarán -los expertos consultados recientemente por Business Insider España recomendaban un modelo con pocas empresas, similar a los que han puesto en marcha Londres o París- y con cuántos patinetes o si tendrán unos espacios de aparcamiento delimitados.

No obstante, el Plan de Movilidad Sostenible Madrid 360, aprobado hace un mes por la Junta de Gobierno del ayuntamiento madrileño recoge la puesta en marcha de 300 hubs de micromovilidad como parte del objetivo de «facilitar la integración modal a través de la micromovilidad e intermodalidad», y la creación de 20.000 plazas de estacionamiento para bicicletas y Vehículos de Movilidad Personal (VMP).

Esas autorizaciones de patinetes seguirían a las 2.800 autorizaciones de bicicletas eléctricas sin base fija que el consistorio madrileño distribuyó la semana pasada entre 6 empresas, desde el operador público BiciMAD Go (de la Empresa Municipal de Transportes madrileña) a las estadounidenses Bird y Lime, la neerlandesa Ride Dott o la estonia Bolt.

Esta última compañía, Bolt, ha estado presente en el debate organizado este miércoles por Pons Mobility, en el que su director de Políticas Públicas, Andrea Vota, ha elogiado esa adjudicación de bicicletas, que ha calificado como «fenomenal», porque recoge «cláusulas para que si una empresa se retira pueda entrar otra que lo pueda hacer bien».

«Se pueden meter muchas más soluciones a beneficio de los usuarios», ha defendido.

Por su parte, el subdirector general de Gestión de la Movilidad y Tecnología de la Dirección General de Tráfico (DGT), Jorge Ordás, ha reclamado equilibrar la oferta con el orden en la circulación de las ciudades.

“En bicis y patinetes tiene que haber oferta, y ser rentables, pero quizás lo que ha demonizado todo esto en el patinete y la bicicleta es el desorden. Tiene que haber un ejercicio de ver qué soluciones hay en el mercado para tener esas bicicletas eléctricas, esos patinetes, cargándose de manera ordenada», ha subrayado.

Carabante, partidario de hacer obligatorio en casco en todos los modos de transporte

El delegado de Movilidad de Madrid se ha mostrado «plenamente partidario del uso del casco en cualquier edad y modo de transporte», aunque ha reconocido que esta posibilidad genera rechazo de asociaciones como las de ciclistas, que consideran que desincentiva el uso de la bicicleta.

«Yo insisto con que la moto eso no sucedió. De hecho, en Madrid, el usuario habitual de bici lleva casco, el que no lo lleva es ocasional», ha defendido Carabante, que ha explicado que la ordenanza finalmente solo lo hace obligatorio para los menores de 18, quienes circulan por carriles multimodales, y las personas para las que la bicicleta es un instrumento de trabajo como los mensajeros o riders, para quienes se considera un equipo de protección individual.

El representante de la DGT, Jorge Ordás, ha coincidido en la necesidad de ampliar la obligatoriedad del casco, especialmente en los usuarios. «Llegará un momento en que acabará siendo obligatorio en casco. Llevará 1 año, 5 ó 10, al final las bicicletas llevarán casco. La cuestión es si eres de los primeros países, de los segundos o los últimos», ha defendido.

Sin embargo, el representante de Bolt, Andrea Vota, ha considerado que una obligatoriedad del casco «puede desincentivar» el uso de la micromovilidad. «Además, no soy partidario de añadir muchas cosas al patinete, porque puede ser inestable y convertirlo en algo que no es su propósito», ha considerado el representante del unicornio estonio de la movilidad.

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