Luis Tovar es product manager para los países importadores de Latinoamérica en Iveco. Es venezolano, estudió ingeniería mecánica y desde sus comienzos tuvo relación con el sector automotriz. Atendió la marca en su país natal y hace cuatro años vive en Argentina.

En su paso por Personalidades, ciclo de entrevistas de Portal Movilidad, adelanta los planes de la empresa en incorporación de camiones eléctricos en la región.

¿Cuáles son los países que mayor interés muestran? Uruguay que se lo atribuye a su infraestructura de carga avanzada; Chile desde que han modificado la matriz energética y al día de hoy “incluso ya consultan por camiones a hidrógeno”.

En esa línea menciona también a Colombia y Panamá por el impulso que están dando los gobiernos.

Basados en la experiencia con camiones a gas, la firma estima un crecimiento del 5 al 20% en 10 años aproximadamente en la tecnología eléctrica.

“Latinoamérica se encuadra en estos objetivos pero en diferentes tiempos según los mercados. Iveco está comenzando con los camiones eléctricos en Europa donde ya hay un trabajo más adelantado en tanto a infraestructura de carga”, explica Tovar.

En tanto, agrega: “En Chile, Argentina y Uruguay, entre 2023 y 2026, se masificarían los camiones eléctricos”.

Según comenta, el principal interés es en transporte público de pasajeros. Una vez que se incorporan vehículos eléctricos allí, consultan por otros segmentos como camiones. “Sobre todo, cuando es promovido con políticas públicas”.

Pero, ¿cuáles son las consultas de los clientes? “No es por el costo de la unidad, que tiene que estar en un rango asequible, sino el tiempo de recuperación de la inversión versus el diésel”.

La industria se maneja por el costo total de propiedad (TCO) que evalúa las variables económicas. Iveco desde hace dos años tiene un TCO “paralelo” el cual incluye el impacto al medio ambiente, a la economía local y en la región donde operará.

“Tenemos a disposición camiones eléctricos y a gas, a la región importamos el vehículo que mejor se adapte para alcanzar el TCO más bajo posible”, asegura el ejecutivo de Iveco.

Por otro lado, indica que las empresas que introducen la tecnología eléctrica a los países de la región son aquellas multinacionales que están movidas por aspectos más allá del retorno de la inversión como es el interés por el medio ambiente.

“En ese aspecto ayuda mucho el boca a boca cuando garantizan que no han sufrido pérdidas en la operatividad”, apunta.

Alianza con Nikola

En septiembre del año pasado Iveco y la start up estadounidense Nikola anunciaron el comienzo de la fabricación del primer camión eléctrico en la ciudad alemana de Ulm a los meses siguientes.

“El acuerdo con Nikola marcó un cambio en Iveco, se aceleró el desarrollo de la gama pesada de vehículos eléctricos”, menciona el producto manager de Iveco.

El modelo en cuestión es el Nikola Tre, tendrá una capacidad de carga de 42 toneladas y ofrecerá hasta 400 kilómetros de autonomía. De acuerdo a los primeros detalles, tendrá una velocidad máxima de 121 km/h y recargará su batería en aproximadamente dos horas con carga rápida.

Al respecto, cuenta: “Se diseñó todo remoto en pandemia, en un año ya teníamos el prototipo funcional en las plantas de Europa”.

El “aporte” de Nikola fue el know-how en desarrollo de productos eléctricos, como power train y baterías, en Estados Unidos. Desde Iveco el fuerte es la estructura y chasis.

Por otro lado, el primer camión con celda de combustible de hidrógeno de Nikola, construido sobre un chasis Iveco S-Way y equipado con una cabina Iveco, ya ha salido a la carretera. En California, se transportó un envío de cerveza Budweiser desde la cervecería hasta un centro de distribución.

Rol del hidrógeno

La red de carga con hidrógeno no se queda atrás, de hecho, recientemente se firmó un memorando de entendimiento con un proveedor de hidrógeno verde para el desarrollo de la infraestructura.

“En Argentina puntualmente se estima que la infraestructura de hidrógeno comience en 2030, en consecuencia, el crecimiento se observará desde esos años. Chile ya está arrancando el proceso de inversión”, refiere Luis Tovar.

Hoy en día la gran mayoría de los países tienen una gran penetración del gas en el transporte y aparecen los buses eléctricos y luego los camiones, “pero el próximo paso es la celda de combustible”.

“Las baterías le agregan peso y le quita capacidad de carga útil que es su propósito. Respecto a la autonomía, en camiones de 44 toneladas hablamos de 500 kilómetros de autonomía. Si mantenemos la tecnología tal cual como está ese sería el límite”, analiza.

En ese marco considera que se dejarían desatendido el transporte de carretera internacional que recorre un mínimo de 1.500 kilómetros. “Aquí entra el hidrógeno, pero las tecnologías convivirán porque atenderán diferentes segmentos”.