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lunes 23 de agosto de 2021
Los nichos de oportunidad para movilidad eléctrica en Latinoamérica y el Caribe según OLADE
Según la Organización Latinoamericana de Energía hay sectores en los que la movilidad eléctrica avanzará más velozmente que en otros. ¿Cuáles son y por qué?
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Es evidente que la movilidad eléctrica en Latinoamérica avanza a gran velocidad. En este sentido, Alfonso Blanco Bonilla, secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), hace referencia a la importancia de la movilidad individual como el punto de quiebre y primer paso hacia la transición.

“La movilidad eléctrica se irá desarrollando a nivel individual antes que en carga pesada. Esto último requiere de políticas públicas y un modelo de negocio que acompañe e incentive la transformación”, aclara en “Protagonistas”, ciclo de entrevistas de Energía Estratégica.

Asimismo, sostiene que un problema similar se presenta en el transporte de pasajeros.

En tanto, para el secretario ejecutivo de OLADE la clave está en que se convierta en “una solución hacia la descarbonización para aquellos países que tienen una fuerte capacidad instalada de generación renovable” así como también para optimizar los excedentes.

Por otro lado, explica que lo que más incide es el consumo de energía. “La movilidad a nivel individual no tiene un peso relevante a nivel energético. En países como Estados Unidos puede ser que sí por la cantidad de autos por familia, pero en nuestras economías no sucede tanto esto”, aclara.

Los problemas más urgentes a tratar se ven en los países que tienen dificultades en la infraestructura de transmisión y distribución y una matriz de generación fuertemente concentrada en combustibles fósiles.

Es por ello que la movilidad eléctrica termina impactando en las debilidades estructurales del sistema.

“Tiene que ser vista de forma global, incorporando todas las variables, considerando la dotación de recursos y la capacidad de generación”, enfatiza

“Para países con matriz renovable como Costa Rica, Paraguay y Uruguay, la movilidad eléctrica cuadra dentro de sus estrategias de energías alternativas”, detalla Blanco Bonilla.

En ese marco hay que considerar que el consumo final de energía a nivel de los transportes representa aproximadamente un 40%, por eso “la movilidad eléctrica se tiene que analizar en los grandes números”.

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