España | Vehículos Eléctricos
martes 02 de noviembre de 2021
Los ayuntamientos son la clave para que la última milla transicione a movilidad eléctrica
Profesionales del sector se reunieron para debatir acerca de las necesidades del transporte de distribución para alcanzar la electromovilidad definitiva y acordaron que las ciudades deben intervenir en ello y que la sociedad deben someterse a un cambio cultural.
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Para que las ciudades cumplan con las zonas de bajas emisiones es necesario preparar a todo el sistema de transporte, ofreciendo ayudas tales como los planes para que estas puedan transicionar.

Esta problemática afecta particularmente a las empresas de logística y a los vehículos de última milla que no tienen la posibilidad de acceder a una movilidad electrificada. 

La vicepresidenta de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), Celia Ferrero, manifestó la necesidad de que los autónomos puedan acceder de una manera sencilla a este tipo de transporte, recalcando que en pandemia el uso de las furgonetas de distribución ha incrementado de manera exponencial.

“Necesitan que prácticamente se les regale el vehículo”, expresa la directiva para contribuir y acelerar la inserción de las flotas en la electromovilidad.

Además, afirma que un avance en la fiscalidad de los vehículos también sería un punto clave, “porque todas las ayudas están destinadas a aquellos vehículos que se consideran afectos a la actividad”.

Juan Sandes, director de operaciones y expansión de GLS, asume que para avanzar debe haber un cambio cultural en el pensamiento de los consumidores, ya que estos deberían elegir retirar sus compras en un punto de conveniencia.

Así, los vehículos de distribución urbana tendrían la posibilidad de descargar una mayor cantidad de paquetes en un sólo sitio, en lugar de visitar una mayor cantidad de domicilios.

“La sostenibilidad no solo está en los operadores de última milla, sino que está en todo el conjunto de la sociedad”, reflexiona. 

A su vez, declara que no hay una estandarización clara acerca de la ejecución de los planes integrales de ayuda.

“Ya no se habla de vehículos de última milla, sino de ‘última yarda’”, advierte, debido a que hay vehículos que no pueden ingresar a ciertas zonas por ser consideradas de bajas emisiones.

Mientras tanto, Agustín Muñoa, director operativo de la empresa de car sharing Zity, menciona la necesidad de que las ciudades tienen la obligación de crear un marco regulatorio favorable para poder dar paso a una intermodalidad.

“Hay que trabajar en las políticas relativas a la calidad del aire, definiendo zonas de bajas emisiones y utilizando las herramientas que tenemos al alcance de la mano”, sostiene. “Vamos a movernos cada vez más en sistemas multimodales”.

Lola Ortiz, directora general de planificación e infraestructuras de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, se expresa acerca de las acciones que están realizando desde la institución, haciendo foco en la nueva Ordenanza de Movilidad que se aprobó el pasado septiembre.

Entre sus principales puntos, esta normativa establece que todo Madrid se transformará en una ZBE para 2025, cuando los vehículos sin etiqueta ambiental no tendrán permitida la circulación por las calles de la capital española.

“Hemos lanzado una línea de subvenciones para cambiar estos vehículos de distribución urbana de mercancías a vehículos menos contaminantes para que los repartos se hagan con vehículos más sostenibles y menos ruidosos”, declara la funcionaria.

Así se protegerá a la ciudad de medios de transporte más contaminantes, sobre todo en las zonas de bajas emisiones.

“El objetivo es intentar ayudar tanto a ciudadanos como a las empresas a ese cambio a vehículos eléctricos o más sostenibles que permitan que la calidad del aire en la ciudad de Madrid sea lo suficientemente buena”, revela.

Cabe destacar que en la ciudad madrileña cuenta con el plan Madrid 360 que establece objetivos para los años venideros en cuanto a la movilidad electrificada.

El objetivo más reciente apunta al 1 de enero del 2022, cuando los vehículos de etiqueta ambiental más contaminantes no podrán entrar en el interior de la M-30.

En el 2023 estos transportes no podrán movilizarse ni en la M-30 ni en el interior, mientras que en 2024 no podrán entrar en todo el término municipal de Madrid.

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