La seguridad de los cascos sigue avanzando a pasos agigantados para que los usuarios de micromovilidad puedan conducir sin problemas. 

El último en llegar viene firmado por Livall, una startup fundada y dirigida por Manuel Marín, que lanzó a principios de 2019 un casco inteligente para patinetes y bicicletas.

Ahora dan el salto a las motocicletas con un nuevo producto, el MC1 Range, un casco en fibra de carbono y poliestireno expandido y que pretende dar guerra en el mercado.

“Nos centramos en el concepto de seguridad preventiva que no es más que incorporar toda la tecnología que tiene un coche en un casco”, comenta Marín a Portal Movilidad España.

¿Cómo lo hace? Los cascos de Livall cuentan con características como: señales lumínicas de dirección, un sistema de seguridad que alerta de las posibles caídas a los servicios de emergencia y conectividad Bluetooth entre otros.

Livall, es una startup fundada en 2014 que hasta ahora se dedicaba a la venta de cascos inteligentes para patinetes y bicicletas, pero que pretende dar el salto a los cascos de moto. 

Para poder desarrollarlo, la empresa ha necesitado hasta 8 años de trabajo en los que no han dejado de trabajar en nuevas propuestas y tecnologías, consiguiendo por el camino hasta 170 patentes. 

“Entendíamos que la movilidad dentro de las ciudades es un movimiento muy interesante. Se conoce que es ecológico, pero de nada servía si no era seguro”, añade el fundador de Livall.

El nuevo MC1 Range, un casco integral que pesa 1.400 gramos constituido del Poliestireno Expandido (EPS) del que está compuesto su interior. 

Este material no solo ofrece protección frente a los impactos al absorber parte de la energía en una colisión sino que también es un excelente aislante térmico y acústico.

Tecnológicamente destaca la incorporación de una cámara de definición 4k en el frontal con un ángulo de 120º con la que el piloto podrá grabar lo que ocurre mientras disfruta de su recorrido. 

Una solución que en otras partes del mundo también sirve para justificar partes de accidente o, en los casos más extremos, como caja negra. 

Para ello cuenta con una memoria interna con hasta 32 Gb con la que se podrán grabar hasta 60 horas de vídeo. Además, la cámara cuenta con sensor de luz para ajustar el brillo en todo momento de manera automática.

“Si te gusta disfrutar de tu tiempo y perderte la montaña, si algún día te pierdes, debes saber que puedes pulsar el botón del Livall”, dice a modo de chiste Marín para darle introducción a su sistema de seguridad.

Una de las tecnologías que más destaca es su sistema de alerta ante caídas, un dispositivo que enviará un mensaje al contacto señalado por el usuario en caso de accidente con tu geolocalización y con el que se podrá avisar de manera telemática a los servicios de emergencia.

Por otro lado, hay un intercomunicador Bluetooth con hasta 1.200 metros de alcance, reducción del sonido del viento, control con manos libres o la posibilidad de función Walkie-Talkie. 

Pero además, como ya se incluyen en sus cascos de patinete y bicicleta, cuenta con un sistema de iluminación 360º que advierte al resto de conductores de las maniobras a realizar (frenado o giro), sumando un plus de seguridad a los indicadores de freno y dirección del vehículo.

Para alimentar a todos estos dispositivos electrónicos, cuenta con una batería de litio extraíble de 2.000 mAh de capacidad con hasta ocho horas de autonomía a pleno funcionamiento según especifica la marca. Todos estos apartados pueden ser controlados desde uno de los laterales del casco con un control táctil. 

Se espera que su llegada a Europa se produzca en unos meses, concretamente en diciembre.