Chile | Buses
miércoles 09 de septiembre de 2020
Las mejoras tecnológicas de los buses eléctricos se incorporarían a las próximas licitaciones de Chile
Según las estimaciones en función de la situación de las flotas actuales, y teniendo en cuenta el objetivo del gobierno de electrificar el transporte público, en los próximos años deberían renovarse en su mayoría. ¿Qué cambios se podrían aplicar a los requisitos técnicos de la licitación actual?
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Santiago tiene actualmente en proceso una licitación de 2030 buses cuyo límite para la presentación de ofertas es el 14 de octubre. Para este caso compiten la tecnología diésel con la eléctrica par a par.

Sin embargo, en el corto plazo será necesaria una nueva renovación de flotas de transporte público. “Se prevén más licitaciones, similares a la actual vigente, en los próximos años como parte de los procesos de renovación de flota del transporte público de Santiago”, ratifica a Portal Movilidad, Sebastián Galarza Suárez, líder del sector de transporte y energía del Centro Mario Molina (CMM).

En tanto, informa que CMM firmará un acuerdo con el Ministerio de Transporte para seguir realizando este trabajo porque se prevén –como ya se mencionó- otros procesos de renovación de flota en el corto plazo.

Si bien no hay fechas definidas, es probable que se realice una licitación nueva de manera consecutiva a la actual.

Será de relevancia, en función de la meta del gobierno de electrificar el transporte público en 2050 adelantada hacia 2040, que se aproximen procesos que debieran incluir a la tecnología eléctrica para colaborar con la concreción de este objetivo.

Proyectando estas posibilidades, Sebastián Galarza Suárez, afirma que  “hay un proceso de ir ajustando los requerimientos en cuanto a los avances de tecnología y considerando los distintos incentivos que se pueden dar a introducción de buses eléctricos”.

Así surge la posibilidad de que para futuras licitaciones ciertos aspectos técnicos cambien. El profesional sostiene que: “En cuanto a normativa de carga creo que CCS2 se quedará en Santiago por el corto y mediano plazo”.

No obstante, remarca que se puede producir una modificación en cuanto a autonomías: “Las mínimas van a cambiar porque la tecnología va a cambiar y la capacidades de batería deberían estar mejorando con diferentes composiciones químicas que podríamos ver en los próximos años”.

No se descarta la posibilidad de exportar la experiencia de Chile para replicar en otros países latinoamericanos y hacia otras ciudades del país fuera de Santiago.

Experiencia exitosa

El CMM de Investigación y Desarrollo participó de la construcción de los requisitos técnicos de la licitación actual en conjunto con el Ministerio de Transporte.

A partir de este trabajo, se realizaron especificaciones que incentivan a la participación de flotas eléctricas por sobre las diésel, ya que “los incentivos solo comienzan a jugar una vez que la mayoría de la flota es eléctrica”, cuenta Galarza Suárez.

También se desarrolló una prueba de consumo energético para el transporte público de Santiago a partir del ciclo de operación Transantiago con el objetivo de simular el consumo promedio de estos vehículos en la ciudad.

Se resolvió una resolución para medir los vehículos con ese ciclo y se acordó sumar un incentivo en la licitación con un puntaje casi completo para los eléctricos. Esta medida “hace que los oferentes modifiquen sus unidades para la operación de Santiago y cumplir con esa prueba”, cuenta el profesional, mencionando una suerte de adaptación que se les realiza a los vehículos.

En los aspectos técnicos también se definieron dos cuestiones de relevancia para la tecnología de tipo eléctrica. Por un lado, los rangos de operación mínimo de los buses y, por otro lado, los protocolos de carga -con la idea de anticipar cualquier normativa que pudiera surgir en el mientras tanto del proceso- definiendo para el transporte público la norma de carga europea CCS2.

Sebastián Galarza Suárez, líder del sector de transporte y energía del Centro Mario Molina (CMM).

En función de la velocidad de escalabilidad que tuvo Santiago respecto al tema desde que se realizaron los primeros proyectos pilotos demostrativos de buses eléctricos en 2013 y la incorporación de estas tecnologías por iniciativa independiente de dis

tintos operadores desde 2017 es que las expectativas por esta convocatoria son altas.

En este sentido, Sebastián Galarza Suárez comentó: “Sabemos que el contexto de la pandemia afectó mucho las operaciones de transporte público, es un reto a cualquier nueva inversión de capital que requiera ese sector incluyendo renovación de flota con buses eléctricos” y remarcó: “Las expectativas son altas, hablamos con grupos de inversionistas que tienen interés todavía en licitar e ir por eléctricos”.

 

 

 

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