Si bien aún son pocas las estaciones de servicio que tienen incorporados cargadores para vehículos eléctricos, los empresarios tienen claro que deben cambiar su modelo de negocios y apuntarlo hacia la electromovilidad. Sin embargo, piden a las autoridades tarifas y condiciones concretas para avanzar en la transición. 

“Vemos que no hay una reglamentación clara en cuanto a la definición de tarifas ni tampoco hay incentivos por parte del Gobierno para la instalación de estos centros de recarga eléctrica”, advierte Roberto Díaz De León, presidente de Onexpo, durante el especial Movilidad Eléctrica en México organizado por Portal Movilidad.

Luego, el representante del organismo cúpula del sector gasolinero agrega: “Sin embargo, es una tendencia en la que nos tenemos que montar. Estamos ante un gran desafío porque tenemos que ir migrando nuestro modelo de negocios”. 

Cabe recordar que en noviembre de 2018, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) había emitido el acuerdo por el cual se interpreta el artículo 46, fracción I de la Ley de la Industria Eléctrica (LIE) para permitir la venta de energía eléctrica entre particulares. 

El objetivo de la medida, entre otras cuestiones, era incentivar el despliegue de estaciones para la recarga de vehículos eléctricos, lo cual comenzó a suceder desde entonces. Esto se debe a que sin esta regulación, los desarrolladores y administradores en el sector inmobiliario no podían ofrecer la venta de energía como parte de su estrategia de negocio

No obstante, aún queda pendiente trabajar en una regulación tarifaria así como en una estandarización de conectores para permitirles apostar a los inversionistas en este nuevo modelo. 

“Quienes ofrecemos la recarga, lo hacemos de manera gratuita, más como un servicio adicional, para empezar a conocer un poco el modelo de negocios”, señala Díaz de León.

Y continúa: “A medida que vaya creciendo la movilidad eléctrica deberemos entrar en un proceso más serio de negociaciones entre todos los actores involucrados y establecer una tarifa que pueda ser razonable y competitiva, donde todos podamos participar y seamos beneficiados”.

El esquema actual mexicano, concentrado en el combustible fósil, tiene negocios complementarios como la tienda de conveniencia. A su vez, se encuentra orientado a ser también un negocio inmobiliario dado que hay cadenas que tienen una participación muy fuerte dentro de mencionadas tiendas. 

“En México todavía estamos muy orientados a la venta de gasolina y diésel como el combustible fósil más importante. Creemos que tenemos que ir pasando en esta transición al gas natural, al hidrógeno y a la electricidad”, indica Díaz de León. 

Finalmente, cierra: “Creemos que estamos en el momento oportuno. Tendremos que trabajar fuertemente en la reglamentación de este proyecto, el cual ya sabemos que llegó para quedarse. Tenemos que estar muy alertas y en constante aprendizaje e innovación”.

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