Sustituir para mejorar. Este es el pretexto que se está siguiendo desde Cruz Roja, donde se persigue cambiar los vehículos de los que dispone la Organización por otros más sostenibles para, así, disminuir su huella de carbono y, además, aumentar la seguridad.

De esta forma, todos los coches o ambulancias de más de 15 y 10 años respectivamente se irán jubilando de forma paulatina para que, en su lugar, se incorporen vehículos menos contaminantes.

En la actualidad, Cruz Roja emite cerca de 6.200 toneladas equivalentes de CO2, lo que supone aproximadamente el 52% del total de las emisiones.

Esta situación se contrapone frontalmente a la que ofrecen los vehículos eléctricos, que emiten cero emisiones con el sistema actual de medición. La idea es que la incorporación de estos últimos a la flota sea paulatina a medida que las condiciones lo permitan.

“Desde hace tiempo, Cruz Roja está comprometida con el medio ambiente y la sostenibilidad. En la flota ya tenemos vehículos con combustible de Gas Natural y Gas Licuado”, cuenta Jaime Bará, responsable estatal de Movilidad (Flota) de Cruz Roja.

Eso sí, durante este año 2021 se está potenciando este cambio todavía más con vistas a un futuro donde el eje prioritario sea “la disminución de las emisiones de CO2”, parte indiscutible de la lucha de la Organización contra el cambio climático.

Y es que, aunque en Cruz Roja existen vehículos GLP (Gas Licuado del Petróleo) y GNC (Gas Natural Comprimido), ambos menos contaminantes que otros combustibles, que todavía se combinan con gasolina y gasoil, cabe tener en cuenta que en 2050 la Unión Europea prohibirá  la venta de vehículos de combustión.

De hecho, la mayoría de marcas prevé, incluso, que se dejen de vender este tipo de vehículos. El cambio, o mejor dicho la transformación, no será una opción, sino una obligación.

“Los siguientes pasos irán encaminados a establecer un ‘Plan de Movilidad Sostenible de Cruz Roja’ que contemple todos los aspectos, no solo de la flota, sino relacionados con la movilidad sostenible; una hoja de ruta para los próximos años, que serán decisivos en la transformación de la movilidad y la reducción de las emisiones”, anticipa Bará.

Todos los territorios incorporarán vehículos eléctricos

La decisión de Cruz Roja de ir sustituyendo su flota de vehículos por una más sostenible responde a una estrategia que va más allá de la propia Organización y que también marca la Agenda 2030 con el compromiso de la mayoría de gobiernos de la Europa comunitaria.

Entre otros aspectos, se pretende descarbonizar, es decir, reducir las emisiones de carbono de la flota para 2050 y que los vehículos puedan ser eléctricos y de cero emisiones.

Por lo que respecta a cómo los territorios están incluyendo estas directrices, estos ya han arrancado el proceso. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, ya se ha establecido por parte de Cruz Roja Madrid que no haya vehículos de más de 10 años circulando sin razones operativas que se hayan analizado previamente.

Además, ya se están reemplazando vehículos de gasolina y gasoil por otros nuevos de Gas Licuado de Petróleo e incluso 100% eléctricos siempre que sea posible.

Actualmente, de los 135 vehículos con los que se cuenta en el territorio, 4 son cero emisiones (100% eléctricos); 15 de GLP (ECO); 59 tienen etiqueta C (verde); 53 tienen etiqueta B (amarilla), y solo uno carece de ella, puesto que es el Renault 18 histórico que se encuentra expuesto en El Plantío.

En Cruz Roja Álava, por otro lado, ya se han transformado dos vehículos a combustible GLP con “resultados muy positivos”. Además, se ha puesto a disposición del personal voluntario y laboral tres bicicletas eléctricas para realizar gestiones dentro del ámbito de Vitoria-Gasteiz, y está prevista la puesta en marcha de un vehículo eléctrico de uso compartido entre las locales del Valle de Ayala.

Desde Cruz Roja Castellón explican que desde 2017 ya han retirado 6 vehículos y, por el momento, tienen 1 a gasolina, 3 de gasolina/GLP y 1 GNC. Con ello, y solo de 2019 a 2020, la huella de vehículos se ha reducido algo más de un 30%, según cuentan.

Sucede lo mismo en territorios como Navarra y La Rioja. En Cruz Roja Navarra, y concretamente en Transporte Adaptado, los últimos 8 vehículos adquiridos admiten AdBlue, un aditivo que se encarga de reducir emisiones en diésel modernos. En Cruz Roja La Rioja, por último, hace ya algunos años que se cambió toda la flota por vehículos pequeños con GLP.

“Muchas oficinas cuentan con este tipo de vehículos, pero hay mucho que hacer de cara al futuro”, menciona Jaime Bará, responsable estatal de Movilidad (Flota) de Cruz Roja.

“Estamos ante una nueva revolución del transporte y las tecnologías de propulsión van a experimentar cambios muy rápidos, que pasarán por el abaratamiento de los vehículos eléctricos y una red amplia de electrolineras por todo el territorio”, concluye.