La movilidad compartida viene en crecida y cada vez es más elegida por los españoles sirviendo de entrada para los patinetes, bicicletas, motonetas y coches eléctricos. 

En las calles madrileñas, por ejemplo, se pueden encontrar cerca de 3.000 coches compartidos y hay ya cinco operadores de este servicio. Otras ciudades como Barcelona no están ordenadas definitivamente en este aspecto.

“El mundo del sharing de verdad es interesante, nos pasa como con el renting es una vía de entrada del vehículo electrificado”, comenta Jorge Ordás, subdirector general de Movilidad y Tecnología de la Dirección General de Tráfico.

La nueva ley de Cambio Climático y Transición Energética determina que, en 2023, todas las ciudades de más de 50.000 habitantes tendrán que implantar zonas de bajas emisiones si la calidad de su aire es deficiente.

Esto ha sido uno de los factores por los cuales los distintos ayuntamientos han apostado por implementar la movilidad compartida antes que por el vehículo privado.

De realizarse un análisis, de los vehículos electrificados que hay en España es “verdad que si no fuera por renting y el sharing serían muy pocos”, argumenta Ordás.

Los números también marcan el crecimiento del sector sharing o renting, apuntado a opciones más electrificadas. 

Desde enero a diciembre del 2021, los viajes compartidos crecieron en España un 1754%. 

En este sentido, empresas como FreeNow se ha convertido en una Super App de “multimovilidad”, que propone varias opciones de movilidad compartida con flotas electrificadas.

Esta integra patinetes, motos, bicis eléctricas y coches compartidos, como oferta complementaria a los servicios de taxi existentes en la compañía.

Otra de las que ha apostado a este tipo de soluciones, aunque ya lo venía haciendo es Uber, pero ahora con la idea de tener flotas electrificadas.

Uber Green está disponible en Madrid. Este nuevo servicio permite a los usuarios de la plataforma viajar en vehículos 100% eléctricos al mismo precio que el producto más popular, Uber X.

Las ciudades pequeñas y la movilidad compartida

“Las ciudades más pequeñas son las que está haciendo un paso más ordenado a la movilidad compartida, quizás porque desde un principio han recibido menos interés”, destaca Isabel García, ejecutiva de FreeNow.

Recientemente, administraciones como las de Málaga y Sevilla han lanzado sus licitaciones de la mano de los gestores, permitiendo a cada uno tener un número suficiente que permita realmente cumplir sus objetivos de negocio.

Esto permite no solo una alta rentabilidad, sino que también la permanencia de las empresas en el lugar, según plantea la directora.

Asimismo, ven que el firme requerimiento de contar con un ordenamiento de los vehículos permite que se genere “una ventaja y no un problema”.

“En casos como Madrid, la tecnología y los operadores llegaron antes que la regulación, de manera que la amplia oferta se convirtió en una molestia para los ciudadanos”, contempla en este sentido.

El ordenamiento de la movilidad compartida

Jorge Ordás también resalta que desde la administración nacional “no tienen competencia” en los municipios para poder regularlo.

La Dirección General de Tráfico hasta el momento ha cumplido el rol de unificador y mediador de conflictos cuando surgen inconvenientes entre operadores y administraciones.

“Desde la Dirección tenemos que facilitar la identificación de este tipo de vehículos”, dice Ordás para que los ayuntamientos “sean capaces de identificar y establecer si quieren medidas o compensatorias o incentivos” a este tipo de movilidad.

La ventaja del espacio

Los coches ocupan poco y están siempre circulando. Por lo tanto contribuye a solucionar una de las grandes preocupaciones que tienen los gobernadores municipales.

Se calcula que el parque automotor podría reducirse drásticamente si se utilizara con mayor frecuencia la movilidad compartida.

Por cada cinco vehículos privados que circulan, solo con uno de formato compartido alcanza para quitar esa cantidad de coches de la calle.